El entrenamiento tiene sólo películas viejas. Ya no es como antes.
El embarque lento, la tripulación atenta, la comida muy buena, poca agua. La pantalla de entretenimiento se caía
Nada, la atención, los servicios y amenities aún en clase turista son de excelencia
La maleta llegó Casi rota.,... No me han querido compensar y tendré que comprarme otra Nueva para la vuelta.
En general todo muy bien. Intentaría instaurar el desembarque por filas. Por lo demás genial todo.
Nos perdieron las valijas, así que no puedo calificar bien la experiencia . Mí señora estuvo 2 días sin ropa para cambiarse y debió salir a comprar. No es la primera vez que nos pasa con Iberia.
En menos de 3 días, me cancelaron un vuelo y me retrasaron otro 1 día. Me ocasionó varias pérdidas, de alojamiento y de media mañana en el trabajo.
El vuelo excelente y muy cómodo. La gente de abordo muy amable. Pero la gente de tierra muy pesada y sin dar información adecuada de los retrasos.
Que el wifi fuera gratuito para todos los pasajeros así como lo hace klm
La tripulación española ni siquiera saluda ni responde el saludo en la subida de el avión El vuelo estuvo restrasado A Las personas que teníamos conexiones no nos asesoraban ni ayudaban en nada , solo ponían atención a los españoles
El staff muy amable. El abordaje podría ser más organizado. Y los tiempos de espera se podrían mejorar también.
Siempre he fidelizado con Iberia, mis ultimas experiencias han sido peor que malas. Aviones sucios, comida insulsa, y como viajo o en business o en turista premium, tripulación que NO te deja dormir, mientras en la “cocina” se cuentan los chimentos del dia!
Avión nuevo A380. Clase business muy cómoda. Gran variedad de películas, puntualidad exquisita. Personal de facturación en mostradores Business nada profesional. Pésima, sala, VIP en Ciudad de México, Personal a bordo, indolente y poco amable. Los males eternos, de Iberia....
Mucho ruido, a menudo causado por el volumen de voz de los tripulantes que no paraban de charlar. Pésimos refrigerios para, un vuelo de 12 horas.
Me gustó que se puede subir una pieza pequeña con las cosas personales. El servicio de los asistentes de vuelo fue muy buena. Y los asientos bastante cómodos.
La rapidez del embarque. Nada de problemas por el equipaje de mano. La amplitud del asiento. La puntualidad
El vuelo se inició en Atenas, a la madrugada, la persona de la empresa que realizó el embarque muy mal educada, gritándole a todo el mundo, sin organizar los grupos, etc. Adicionalmente nos hizo facturar dos carry-on que estaban en correctas condiciones para viajar en cabina. De hecho habíamos viajado con Rayanair, Transavía y otros con el mismo equipaje sin inconvenientes. Finalmente ese equipaje no llegó a destino y fue recuperado varios días después. Adicionalmente el personal de cabina poco amable también.
Es el peor vuelo que he cogido en mi vida. Horas de retraso, mal olor, sin cena, incómodo, etc
Una aerolínea muy básica, avión no tan cómodo, no para descartar; ni para recomendar, una aerolínea más.
Considero que si se debe ofrecer algo con el segundo servicio..no solo café y té sino algo suave para comer...unas galletas o un pan podría ser...
En este vuelo ya hubo comodidad, buena comida, buen entretenimiento y bebidas. Había, además, cosas a la venta, pero no se quedaron solo en vender, sino también hubo cosas buenas free.
Un calor tremendo, todos vestidos con ropa de invierno lo hizo más complicado y aún así no nos dieron ni un vaso de agua. Tanto así, que una muchacha tuvo un desmayo. Eso, además, hizo que saliéramos tarde para tomar las conexiones de cada uno. No había pantallas para el entretenimiento, no hubo entretenimiento.
No dan auriculares/audífonos, hay que comprarlos a 3 euros, y no sirven desayuno. La cena sí estuvo muy rica y el resto del vuelo muy bien
Las sobre cargos realmente displicentes y baja actitud de servicio
Lufthansa, como prácticamente todas las compañías aéreas, abusan de sus clientes lo que les da la gana sin restricciones. Como al volar siento cierta ansiedad además de pagar el ticket normal tengo que pagar un sobreprecio al comprar los asientos y resulta que luego Lufthansa a pesar de haberme cobrado por esos asientos me los cambia a su voluntad lo que prácticamente supone una estafa. En mi último vuelo es lo que hizo y por ello mi vuelo fue nefasto. Estamos en unos tiempos en que los abusos están a la orden del día y parece ser que nadie tiene la intención de pararlos.