EL HOTEL En el corazón de Manhattan, el icónico Gramercy Park Hotel ha recibido a creativos talentosos y huéspedes distinguidos durante casi un siglo. Cada una de las 185 habitaciones y suites ofrecen una exclusiva composición de colores, texturas y colecciones de arte, fotografía y originales muebles hechos a mano. Estos magníficos santuarios cuentan con escritorios con cubiertas de cuero cosidas a mano, cortinas de terciopelo rojo oscuro, armarios de bebidas de caoba ingleses, sábanas italianas de 400 hilos, tocadores de mármol y artículos de tocador de primer nivel. Disfrute de una comida en el famoso restaurante italiano Maialino de Danny Meyer o beba un cóctel especial bajo los altos techos del aclamado Rose Bar. Esta interpretación moderna de un gran hotel de Nueva York cuenta con eventos en la terraza de la azotea con impresionantes vistas, además de acceso exclusivo al Parque Gramercy, el único parque privado de Manhattan. MADE BY ORIGINALS Inspirado por la estética y artesanía de comienzos del siglo XX, el artista estadounidense Julian Schnabel fue su propio director y diseñador en la reinvención del hotel, con una gama de colores pictoricista y pura para cada pared, cortina o alfombra. El enladrillado se yuxtapone con las vigas sin procesar, hechas de madera de abeto Douglas y de nogal y las sillas barrocas Luis XV se ubican junto a una colección cambiante de selectas obras de arte moderno, que garantiza a los huéspedes una experiencia nueva con cada hospedaje. A excepción de Damien Hirst, la colección se inclina hacia los maestros estadounidenses contemporáneos, como Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, Enoc Perez, Keith Haring y Tom Wesselmann, cuyos sellos distintivos son paletas atrevidas, imágenes extragrandes, la mezcla de la cultura de élite y la cultura de masas y materiales inusuales. ARQUITECTURA Y DISEÑO El Gramercy Park Hotel fue construido en dos etapas: la primera se completó en 1925 a cargo del arquitecto Robert T. Lyons; la segunda, en 1930 a cargo de los arquitectos Thompson y Churchill. La recuperación del edificio de 18 pisos de estilo renacentista estuvo a cargo de Aby Rosen en 2003, que contrató los talentos de Schnabel y del arquitecto británico John Pawson para crear un hotel visualmente interesante, acogedor y confortable que ofrezca un servicio superior. Pawson diseñó un nuevo cimiento de piedra caliza para dos pisos y quitó el segundo piso existente para crear un acogedor lobby de seis metros.