Hoteles en Málaga

Este alojamiento, ubicado en el corazón de la ciudad, destaca por su diseño contemporáneo, obra de Rafael Moneo, y sin duda está entre los mejores hoteles de Málaga. Desde mi llegada, me encantó la cálida bienvenida y la elegancia de las habitaciones, decoradas en tonos neutros con toques de azul y detalles en madera. Las panorámicas de la ciudad desde sus balcones son impresionantes.

Te recomiendo empezar el día con su delicioso desayuno bufé, que apuesta por los sabores locales. Los ibéricos y la repostería recién horneada son imperdibles, además de la tortilla de patatas y los crepes preparados al momento. No dejes de subir a la terraza. Allí encontrarás una piscina con zona de hamacas, un bar y un restaurante donde cuidan cada detalle. Te sugiero probar el magret de pato al Málaga Virgen con cremoso de boniato y crujiente de manzana. ¡Un placer con vistas sobre los tejados malagueños!

Situado en la calle Larios, la arteria principal de la ciudad, este hotel boutique es uno de los mejores de Málaga y combina a la perfección elegancia y confort. Lo que antes era un icónico gran almacén de 1821 ha sido transformado en un espacio renovado con esmero para preservar su historia mientras ofrece un alojamiento moderno. Lo que más me gusta de él son las habitaciones, que brindan un descanso excepcional y terrazas con vistas a la majestuosa catedral. Abrir la ventana cada mañana es un verdadero placer.

En el restaurante El Taller de Larios 10 vivirás una experiencia gastronómica memorable. Su menú, que cambia con las estaciones, incluye delicias que te recomiendo, como el pulpo a la brasa y la lasaña con bechamel de queso de cabra malagueña. Disfrutar de una piña colada en la terraza contemplando el horizonte de la ciudad es el plan perfecto para redondear tu estancia.

Al estar ubicado en una colina con vistas espectaculares al Mediterráneo, este lugar figura entre los mejores hoteles de Málaga. Y es que descubrir la ciudad desde este castillo del siglo XVII es una experiencia mágica. En un abrir y cerrar de ojos te habrás trasladado a otro tiempo con habitaciones decoradas con muebles de época y detalles en hierro forjado. Mi recomendación: elige una habitación con terraza privada para disfrutar de ese marco incomparable.

El restaurante El Castillo es un verdadero festín para amantes de la gastronomía de calidad. Te recomiendo probar el bogavante rojo con brotes tiernos y vinagreta de su coral y el solomillo de ternera con foie y salsa Perigord; ambos fueron mis favoritos. Después de la comida, pasea por los coloridos jardines llenos de plantas o relájate en la piscina exterior. Allí, el silencio solo se interrumpe por el murmullo del mar a lo lejos.

Cuando quiero sentirme especial busco un hotel que me sorprenda. Este lo logra con su estilo neomudéjar, que me transporta a un rincón del lejano Oriente. Mi estancia en el Gran Hotel Miramar GL, uno de los mejores hoteles de Málaga, siempre es inolvidable. Las habitaciones son fantásticas, decoradas con lujo y mobiliario oriental. Las Crown Suites, en particular, son un espectáculo: la cama se inserta dentro de una estructura circular y una imponente construcción de lámparas adorna el techo.

El Mediterráneo y el glamour se trasladan a sus espacios gastronómicos. En el restaurante Príncipe de Asturias, te recomiendo el menú degustación maridado con vinos andaluces. Después de la cena, sube a la terraza Media Luna Chill Out para disfrutar de un cóctel mientras contemplas las vistas nocturnas de la costa. No te vayas sin probar un tratamiento fitoaromático de Sisley en su spa.

En Málaga, uno de los edificios más emblemáticos es La Equitativa, hogar de este elegante hotel de 5 estrellas. Está ubicado al inicio de la calle Marqués de Larios y destaca entre los mejores hoteles de Málaga. Lo que me enamora de él es su diseño contemporáneo, combinado con una atmósfera sofisticada, que invita a conectar con la ciudad. Las camas king size y las duchas de lluvia garantizan que me despierte renovada cada mañana. Si buscas vistas al puerto, te recomiendo una habitación Premium SEA.

El hotel, tan vivo como la ciudad, ofrece varias opciones gastronómicas. En Carmen preparan un mollete de solomillo y pimientos que «quita el sentío», mientras que Lola eleva la cocina andaluza con un toque moderno. Only You Hotel Málaga también cuenta con una terraza cubierta, perfecta para disfrutar de su famoso Negroni Picasso. No te pierdas Lolita, la zona de piscina infinita, donde darte un chapuzón es una experiencia imprescindible.

Alojarme en este antiguo convento del siglo XVII siempre me deja una profunda sensación de tranquilidad, por eso lo considero uno de los mejores hoteles de Málaga. Aunque solo tienen seis habitaciones, conservan elementos originales, como partes de los muros y las cubiertas de las ventanas. Todo esto, combinado con comodidades modernas, ayuda a ofrecer un ambiente sereno, perfecto para desconectar del mundo exterior.

El check-in se realiza de manera automatizada, pero disfrutarás de atención personalizada en todo momento. Me encanta pasar las tardes en el patio interior, un oasis de calma en medio de la ciudad, ideal para leer un libro o disfrutar de un café. ¿Seríamos felices dedicándonos a esta vida tranquila? Yo creo que sí. Precisamente su curiosa pieza de arte del recibidor, dedicada a la vida contemplativa, no pasará desapercibida. Se trata de una pintura de Ilde Vasquez que representa a las ocho monjas de la orden del Císter que vivieron aquí.

Tras más de 200 años abandonado, este palacio del siglo XVIII fue cuidadosamente restaurado y convertido en uno de los mejores hoteles de Málaga. Desde el momento en que crucé sus puertas sentí que estaba entrando en un lugar especial. Las habitaciones, espaciosas y ultracómodas, cuentan con bonitos baños de mármol y ofrecen vistas a «la Manquita», como cariñosamente se conoce a la catedral.

El restaurante Balausta, ubicado en el patio andaluz, ofrece una experiencia culinaria sobresaliente. Une a la perfección la tradición con la nueva cocina. Te recomiendo probar la ensaladilla rusa con langostinos y gamba cristal y el ajoblanco malagueño; ambos deliciosos. Además, no te pierdas la terraza con vistas a la catedral, donde realmente puedes sentir eso que llaman «la magia de Andalucía». Es el lugar ideal para descansar, nadar, tomar el sol, tapear y, por supuesto, disfrutar de un cóctel cuando cae la tarde.

Este moderno alojamiento situado en el barrio del Soho me enamoró por su diseño industrial-chic, lo que lo coloca entre los mejores hoteles de Málaga. Las habitaciones, con su estilo vanguardista y decoración colonial (te enamorarás de los cabeceros de palmeras), son el espacio perfecto para descansar tras una jornada ajetreada. También hay opciones especiales para grupos de amigos y familias, para que podáis estar todos juntos. Además, todas las habitaciones cuentan con abundante luz natural.

Me encanta la combinación de decoración contemporánea con detalles de cerámica y plantas en las zonas comunes. La calidez de los espacios como el recibidor, el patio interior y la terraza es notable y, sobre todo, acogedora para dejar correr las horas en ellos. En el Café Salsamenta puedes disfrutar de un desayuno con muchas opciones saludables y, en el restaurante, de deliciosa cocina mediterránea. Y no olvides que las mascotas se alojan gratis.

Si buscas una experiencia vibrante y moderna, has llegado al lugar correcto. A pocos pasos del puerto, este alojamiento boutique, diseñado por Melian Randolph, combina frescura y lujo, lo que lo consolida como uno de los mejores hoteles de Málaga. Las habitaciones, decoradas en tonos verdes y azules inspirados en el mar y la ciudad, crean un ambiente hogareño. Te recomiendo optar por una habitación con balcón para disfrutar de las vistas al Parque de Málaga.

En este hotel se cumplen las famosas «Tres D» del grupo: dormir, ducharse y desayunar. Su propuesta es excelente y no puedes irte sin probar los churros o la tortilla de patata, que hacen de las mañanas una auténtica delicia. En la quinta planta se encuentra la joya de la corona: una colorida terraza con piscina, ideal para relajarse. Por la tarde, se convierte en uno de los puntos más animados de la ciudad.

Este icónico alojamiento en la Calle Larios ha sido testigo de la historia de esta urbe andaluza. Fue el primer hotel de 4 estrellas de la ciudad y, desde entonces, se considera como uno de los mejores hoteles de Málaga. Las habitaciones, que mezclan elementos tradicionales y modernos, son cómodas y acogedoras. Si como yo disfrutas observando la ciudad, podrás asomarte a sus balcones, que ofrecen una vista privilegiada de la animada vida malagueña.

La Terraza de Larios, con su bar en la azotea, es uno de mis lugares favoritos para disfrutar de un mojito de mango o un gin tonic, especialmente al atardecer. Sus vistas a la catedral y al Castillo de Gibralfaro son inigualables. Por la mañana, baja corriendo al desayuno bufé, que se sirve en su elegante restaurante Art Déco y ofrece una excelente selección de productos locales e internacionales.