Hoteles en Dublín

¿Tratas de elegir un hotel de lujo en Dublín? No busques más. The Westbury Hotel es todo un icono de Dublín. Situado justo al lado de Grafton Street, en el distrito comercial de la ciudad, The Westbury ha sido durante mucho tiempo el lugar de moda de la capital irlandesa.

Me encantó el excelente martini que te preparan en un carrito de cócteles en el glamuroso Sidecar, un bar decorado en estilo art déco, donde se sirven algunos de los mejores tragos de Dublín, antes de cenar en el prestigioso restaurante Wilde. Asistir a la ceremonia del té vespertino ―con champán― en The Gallery es una especie de ritual: pide una mesa junto a la ventana y disfruta del trasiego de gente por sus calles.

Las habitaciones invitan al descanso, pues están decoradas en tonos relajantes; sus camas cuentan con sábanas de tejido nacional y una parte superior acolchada, además de máquinas Nespresso y baños de mármol con calefacción por suelo radiante. Si el presupuesto lo permite, date un capricho en una suite con terraza y deléitate con sus obras de arte llamativas, una terraza al aire libre totalmente amueblada y vistas panorámicas de la ciudad.

La creación de Stauntons on the Green fue todo un homenaje a su propietario, el difunto filántropo y coleccionista irlandés-estadounidense Richard Driehaus, y se nota. Ubicado en una clásica casa georgiana en el centro de la ciudad, Stauntons cuenta con 64 elegantes habitaciones de diferentes tamaños, una acogedora sala de desayunos y un impresionante jardín urbano, perfecto para disfrutar de un aperitivo en el bar de autoservicio o para relajarte leyendo bajo el sol de la tarde.

Stauntons también alberga una colección especializada de arte irlandés e internacional que haría desmayarse a cualquier galerista, incluida una escultura de Eiar, la diosa de la primavera, que ocupa un lugar de honor en el jardín.

Si bien no tiene restaurante, todos los días se sirve un excelente desayuno; alójate en Stauntons y estarás a pocos minutos de los excelentes restaurantes de la zona ― entre nuestros favoritos se encuentra Dax, a solo 6 minutos a pie.

Anantara The Marker, situado en pleno Grand Canal Dock, es un edificio emblemático que se ha convertido en una parte imprescindible del paisaje urbano de Dublín. El hotel, de 187 habitaciones, cuenta con todos los servicios habidos y por haber, a saber, un lujoso spa con piscina infinita, bañera de hidromasaje, sauna y gimnasio. Las habitaciones lucen un estilo contemporáneo, con baños de mármol, y las premium cuentan con ventanales con vistas al agua y a la plaza.

Su restaurante, Forbes Street, de Gareth Mullins (un famoso chef local), es excelente, y sirve lo mejor de la cocina irlandesa moderna; sus opciones, centradas en el bistec y el marisco locales, se complementan con una extensa carta de vinos. Después de la cena, The Rooftop Bar and Terrace, es EL SITIO DE MODA, ideal para saborear unos cócteles ante la fascinante panorámica de las montañas y el mar, sobre todo cuando anochece.

Su proximidad al Bord Gáis Energy Theatre lo convierte en la parada perfecta para amantes del teatro.

Number 31 es otro hotel único de Dublín, y cuenta con un animado pasado lleno de historia. Escondido en una calle estrecha en el centro de la ciudad, Number 31 es una combinación única de edificio modernista en la parte trasera e imponente casa georgiana en la parte delantera.

Destaca su peculiar sala de estar con chimenea, en la recepción, que, con su diseño ligeramente hundido, invita a charlar mientras te sirves un trago en el bar antes de salir a darlo todo por la ciudad. Las habitaciones van desde el clásico georgiano hasta el estilo más modernista de su sala de caballerizas. Todas están elegantemente decoradas con ropa de cama de calidad, servicios modernos y vistas al jardín o a la ciudad.

Hablando de jardines, Number 31 también cuenta con un magnífico jardín urbano que une los dos edificios, perfecto para echar la tarde, claro está, si consigues alejarte de su ecléctica e impresionante colección de arte.

InterContinental Dublin es una oda al lujo. El «InterCon», como se le conoce, es un complejo urbano de cinco estrellas enclavado en 2 hectáreas de delicados jardines en el exclusivo barrio de Ballsbridge, a pocos minutos del centro de la ciudad. Entre los variadísimos servicios de primera del hotel se incluyen una piscina cubierta, un relajante spa y un gimnasio que tentará hasta a los cuerpos más perezosos.

Durante los meses más cálidos, su jardín con terraza es el sitio perfecto para almorzar o tomar una copa y, en invierno, puedes probar un excepcional chocolate caliente; por su parte, los paladares aficionados al whiskey disfrutarán de la impresionante gama de licores locales de The Whiskey Bar. Como era de esperar, las habitaciones son toda una llamada al lujo, y cuentan con minibar, cafeteras, baños de mármol y las batas más cómodas que he encontrado.

Las habitaciones King cuentan con balcones y, si el dinero no es un problema, la suite de James Joyce (que vivía cerca) es lo suficientemente grande para mudarse.

The Wilder, una casa boutique exclusiva para residentes en la prestigiosa Adelaide Road de Dublín, presenta una encantadora fachada de ladrillo que te devuelve a la época victoriana. Todas las habitaciones están decoradas de forma única y varían en tamaño, desde una «caja de zapatos» de 14 a 16 metros cuadrados hasta una suite de 35 metros cuadrados. Todas tienen baños con ducha de efecto lluvia a ras de suelo, además de una gama de artículos de tocador de la marca Hopal.

Las habitaciones accesibles cuentan con alarma de asistencia, persianas opacas de terciopelo y accesorios accesibles en el baño. The Gin and Tea Rooms es una evocadora sala de suelo de madera en espiga y pintura oscura y cambiante, donde se sirve una selección de sándwiches ligeros y refrescos durante todo el día, además de ginebras artesanales irlandesas.

Puedes disfrutar del desayuno en The Garden Room. La ubicación del hotel, en una parte más tranquila de la ciudad, da una sensación de serenidad bucólica, a pesar de estar a tiro de piedra del bullicio de la capital.

Al límite del célebre Temple Bar de Dublín, el Hard Rock Hotel se encuentra en una posición privilegiada para quienes tienen en mente darlo todo cuando se pone el sol, pues dispone de una buena selección de servicios propios de una estrella del rock.

Rock OM es un programa de yoga en la habitación y «The Sound of your Stay» ofrece a los huéspedes una lista de reproducción de Spotify a medida, una colección de vinilos en la habitación y una guitarra Fender a elegir, con auriculares y un amplificador para disfrutar en su propia habitación; además, si acabas de iniciarte en el rasgueo, puedes acceder a clases y perfeccionar tus habilidades. También hay un programa de mascotas VIP que garantiza que tu perrete reciba la mejor atención.

Las llamativas habitaciones tienen camas con la parte superior acolchada, servicios de última generación, vistas a la ciudad y obras de arte inspiradas en la música. Cenar en Zampas es un viaje culinario a la cocina peruana (no puedes irte sin probar su pollo), y puedes maridar sus platos con excelentes cócteles. Los fines de semana hay música en vivo, lo que convierte a Zampas en un destino en sí mismo.

The Shelbourne, o «la Gran Dama» de Dublín, es un hotel de cinco estrellas muy ligado a la historia de la capital irlandesa. El hotel ha dado la bienvenida a huéspedes durante casi 200 años y ha sido testigo de la redacción del primer borrador de la histórica Constitución del Estado Libre Irlandés en 1922, una época particularmente turbulenta en la historia del país.

Hoy en día, el hotel es una propiedad de lujo con una gran oferta de servicios, como un spa de primera categoría, un salón de belleza, una peluquería, un gimnasio con piscina, florista personal y un «servicio de asistencia genealógica» que te ayudará a encontrar a tus antepasados irlandeses (si tienes la suerte de tener alguno).

Las habitaciones personifican el lujo refinado, con ropa de cama confeccionada en algodón egipcio de 300 hilos y elegantes baños de mármol; si es posible, pide una habitación con vistas a St. Stephens Green. El almuerzo de los domingos en The Saddle Room es la máxima expresión de la elegancia y The Horseshoe Bar, que presume de más de 60 años sirviendo copas, es toda una institución de la ciudad.

Situado en el barrio georgiano de la ciudad, The Merrion Hotel es sin duda uno de los alojamientos más lujosos de Dublín. Sus conserjes, de punta en blanco y siempre joviales, te reciben a tu llegada, de modo que enseguida notas que The Merrion no es cualquier hotel. Y eso es solo el principio.

The Merrion está compuesto por cuatro casas adosadas de estilo georgiano restauradas y cuenta con 142 habitaciones, todas decoradas de forma elegante y sutil, y con vistas al jardín o a los edificios gubernamentales cercanos. El encanto de época del edificio es irresistible, y su impresionante interior acoge una destacada colección de arte de los siglos XIX y XX.

La unión resultante de la arquitectura clásica con el excepcional arte irlandés y europeo es, sencillamente, asombrosa. Si a esto le añadimos la piscina de 18 metros, el spa y el gimnasio, además de la variedad de opciones de comida y bebida, como el restaurante Patrick Guilbaud (galardonado con 2 estrellas Michelin), no es de extrañar que The Merrion se haya convertido en un símbolo de la excelente hospitalidad irlandesa.

Number 59 es un recién llegado a la escena hotelera de Dublín, aunque la expectación por su apertura, en el verano de 2023, ya venía de antes. Number 59 está ubicado en una casa adosada restaurada en pleno corazón de la animada Camden Street, rodeado de algunos de los mejores bares y restaurantes de la ciudad del Liffey, lo que lo convierte en uno de mis alojamientos favoritos.

Los paladares apasionados por la cocina india deben visitar el cercano Pickle, mientras que los fanáticos de la comida asiática disfrutarán del bullicioso Hang-Dai. Number 59, con sus siete habitaciones y estilo clásico de mediados de siglo, es como tu segunda casa, un oasis de moderación, paz e intimidad.

La recepción, de paredes rosa colorete, escritorio con encimera de mármol y suelo con baldosas, es fotogénica a más no poder, mientras que el salón de cócteles exclusivo para residentes es el tan ansiado refugio para después de pasear por las concurridas calles exteriores. Las habitaciones tienen todo lo que necesitas, nada más.