La gastronomía mexicana no solo es una de las más populares del mundo, sino que también es inagotable. Cada estado del país posee en torno a una decena de platos tradicionales. Teniendo en cuenta que son 32 las regiones, puedes imaginarte la enorme cantidad de platos típicos de México que existen. En este viaje, entonces, el apetito será uno de los grandes protagonistas.
Prepara el paladar para degustar los sabores de una tierra llena de historia, como atestiguan sus muchos sitios arqueológicos, pero también los de un país de playas paradisíacas y de múltiples festividades. He aquí un repaso por los 15 platos más característicos de México, desde los más conocidos, como los tacos y las enchiladas, hasta los menos, como los zacahuiles y los huaraches.
Los 15 platos típicos de México que probar en tu viaje
Te presentamos una lista de 15 platos mexicanos que no puedes perderte durante tu estancia en este país.
1. Tacos
Si hay un plato emblema de México, esos son los tacos. La base de esta receta es bastante simple, pues en realidad se trata de tortitas de maíz que admiten diferentes rellenos. Es ahí, precisamente, donde está la gracia. Los tacos pueden estar rellenos de ternera, de pollo o de pescado y alegrarse con todo tipo de aderezos, como queso rallado, vegetales, etc.
Parece ser que pueden contarse hasta 60 clases de tacos diferentes, por lo que es prácticamente imposible aburrirse. Entre los más conocidos, están los tacos al pastor, originarios de la ciudad de Puebla; los tacos de cochinita pibil, tradicionales de Yucatán y elaborados con carne de cerdo en adobo, o los tacos de carnitas, preparados con cerdo untado en manteca.
2. Enchiladas
Las enchiladas son otro de los platos típicos de México más deliciosos. De nuevo nos encontramos con las tortillas de maíz como base para esta preparación, que está para chuparse los dedos, y también admite diferentes opciones. Pueden variar los ingredientes, pero el común denominador de todas las enchiladas son el chile y el queso fundido.
Las enchiladas, en su origen, son un poco picantes, aunque puedes aumentar la intensidad si lo deseas. En función de dónde estés ubicado, puedes probar las enchiladas mineras rellenas de patata cocida (en Guanajuato) o las enchiladas rojas (en el norte del país), por ejemplo, con rellenos que pueden ir desde la carne de res hasta el pollo o los frijoles negros.
3. Pozole
Si te consideras un entusiasta de los platos con cuchara, el pozole puede representar un gran hallazgo. Este caldo tiene orígenes prehispánicos y se creó en Cuernavaca. El maíz vuelve a ser la base de este platillo, aunque puede elaborarse tanto con ternera o pollo como con vegetales. Además, puede variar el color en función de los ingredientes que contenga.
El pozole se completa con tiras de lechuga, rábano y rodajas de aguacate. Aunque, eso sí, lo que no puede faltar en la receta es el chile, que puede ser en polvo o en salsa, y que le aporta ese toque picante característico que te conquistará. Al ser una preparación tan consistente, es la perfecta opción para los días más fríos y, por supuesto, para las comidas en familia.
4. Totopos
Los totopos son muy similares a los nachos. De formato triangular y textura crujiente, se elaboran con maíz frito, por lo que resulta un plato idóneo para picotear. Los totopos pueden acompañarse con un sinfín de ingredientes, aunque los más usuales son el guacamole, el pico de gallo, el queso fundido, la crema agria o los frijoles.
El origen de los totopos se halla en la civilización azteca, por lo que puedes imaginarte cuánta historia hay detrás de esta especialidad que, en cuanto se pone en la mesa, todos devoramos. Como guinda del pastel, para muchos mexicanos un plato de totopos jamás estaría completo sin jalapeños, que son muy picantes, así que tú decides si los amas o los odias.
5. Chilaquiles
A los mexicanos les encanta desayunar chilaquiles. Es posible que al principio te cueste sustituir tu bol de cereales o tostadas por una receta como esta, pero, en cuanto los pruebes, caerás en la tentación. Los chilaquiles se preparan con totopos, de los que hablamos en el punto anterior, bañados en salsa de chile verde o roja, y se acompañan de aguacate, huevos, frijoles o queso.
Suena a un plato muy contundente, ¿verdad? En realidad, así es. Los chilaquiles son capaces de alegrar hasta las mañanas más grises, pues no hay mejor manera de empezar el día con la energía que proporciona esta receta. En cuanto al origen, no está del todo claro, pues hay quienes sostienen que es un plato de los aztecas, mientras que otros opinan que es posterior.
6. Tamales
El origen de los tamales es bastante humilde, no así su sabor, pues para muchos es un manjar de los dioses. Un tamal incluye una masa de maíz envuelta en una hoja de plátano o de mazorca. Esta, asimismo, sirve de envoltorio natural para transportarlo fácilmente. En cuanto a la masa de maíz, puede ir acompañada de carne o de verduras para potenciar su sabor.
Como sucede con otros platos típicos de México, hay numerosas versiones de los tamales en función del estado de origen. Algunos de los más conocidos son los tamales yucatecos, que pueden contener carne de cerdo u otro relleno, aunque hay muchos más. Están también los tamales oaxaqueños, uchepos, barbones y un largo etcétera. No tendrás días para probarlos todos.
7. Quesadillas
Su enorme éxito ha llevado a las quesadillas a convertirse en un plato mexicano muy popular que comer fuera de las fronteras del país. Para los amantes del queso, su nombre lo dice todo. Nuevamente, nos encontramos ante una tortilla de maíz que se pliega y se rellena con queso y otros ingredientes, como puede ser el pollo, el pico de gallo y otros vegetales.
Se sirven calentitas, por lo que el queso está fundido y el sabor es más que delicioso. Para potenciarlo, mucho mejor acompañarlo con salsas. Por ejemplo, el guacamole nunca desentona en un plato mexicano, mientras que el chile es una obligación para los entusiastas del picante. La presentación, como tal vez sepas, es en forma de media luna ligeramente tostada.
8. Zacahuiles
Los zacahuiles podrían considerarse un tipo de tamal, pero hemos creído conveniente mencionarlos aparte. Y es que esta receta tiene mucho de especial, sobre todo, teniendo en cuenta que son los tamales más grandes que pueden encontrarse en todo el país. Estos pueden llegar a medir, de hecho, unos cinco metros de largo. ¿A que nunca lo hubieras imaginado?
Para su preparación se emplea carne de cerdo, pero tienen la peculiaridad de que deben introducirse en el horno por al menos un par de horas. Una vez cocinado, se retira del horno y se trocea en porciones más pequeñas. El zacahuil es típico de la región de la Huasteca, que comprende áreas de los estados de Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo, Puebla o Querétaro.
9. Huaraches
El huarache toma su nombre de un tipo de sandalia mexicana, pues es un alimento que, en cierta forma, se asemeja en cuanto a aspecto. Así, nos encontramos con una tortilla de maíz algo más gruesa que en el caso de los platos anteriores y que, en esta ocasión, no se pliega, sino que se sirve extendida. Sobre ella, se sirve una mezcla de carne, frijoles y vegetales.
Para completar el plato, basta espolvorear un poco de cebolla, queso y cilantro. El resultado es un delicioso piscolabis que, de hecho, te saciará totalmente. Hay quienes no conciben este plato sin combinarlo con un sabroso cóctel margarita. Para ellos, la mezcla es deliciosa e inolvidable, así que no dudes en probarla.
10. Mole
El mole es una salsa espesa de color marrón que, generalmente, acompaña a las carnes, aunque más que acompañar, más bien estas nadan en ella. Esta salsa, asimismo, está muy especiada, por lo que tiene un sabor característico que enloquece a los mexicanos. Es una propuesta tan popular que suele figurar a menudo como plato del día en los restaurantes.
En su honor se celebra cada mes de junio en la ciudad de Puebla el Festival del Mole Poblano. Esta celebración de carácter anual tiene como objetivo ensalzar este platillo tan arraigado en la cultura mexicana. Además, es una excelente oportunidad para descubrir la enorme variedad de versiones de mole existentes en el país. Te chuparás los dedos con cada una.
11. Aguachiles
Para profundizar en los orígenes de este plato típico de México, hay que desplazarse hasta el estado de Sinaloa y, en concreto, a la franja costera. El aguachile es un auténtico manjar que en cierto modo recuerda al ceviche y que se prepara con camarones y cebolla y una salsa que incorpora lima, cilantro y un toque de picante.
Es una propuesta gastronómica muy fresquita que sabe a Pacífico y que, en ocasiones, suele incluir una pizca de tequila para potenciar su sabor. Según la creencia de los mexicanos, el aguachile es mano de santo para curar la resaca. Esto es maravilloso, porque, precisamente, con lo que mejor encaja es con una michelada, un cóctel a base de cerveza, así que puedes tomar dos, tres o las que te apetezcan.
12. Cochinita pibil
Al hablar de los tacos unas líneas más arriba, mencionamos la cochinita pibil por encima, pero creemos que se merece un apartado propio. La cochinita pibil se elabora con tiras de cerdo adobadas y mezcladas con achiote, una planta y pigmento natural. Estas se envuelven en hojas de plátano y se introducen en el horno durante un par de horas aproximadamente.
Este plato es originario de Yucatán y surgió como resultado de la fusión gastronómica de las culturas maya y española. Hoy en día, está considerado uno de los platos típicos por excelencia de México, conocido, sobre todo, por los tacos, pero que, como vemos, goza de un largo recorrido.
13. Tlayudas
Oaxaca, un estado mexicano de múltiples atractivos turísticos, también seduce por su cocina. Puerto Escondido o Bahías de Huatulco son dos de sus principales reclamos, pero, en cuanto a comida, hay una clara ganadora. Las tlayudas disponen de una base de maíz sobre la que se colocan ingredientes básicos, como la lechuga, el aguacate, el queso y el tomate.
Por su presentación, la tlayuda es conocida como la pizza mexicana, pero te aseguramos que es una versión totalmente diferente a la que esperas. Es originaria de una pequeña localidad llamada San Antonio de la Cal. De hecho, cada 18 de julio tiene lugar en esta población la Feria de la Tlayuda en honor a este suculento manjar.
14. Mezcal
Nos acercamos al final de esta recopilación de platos típicos de México. Sin embargo, una lista jamás estaría completa si no mencionáramos algunas de sus bebidas más icónicas. El mezcal es uno de los símbolos del país norteamericano, una bebida de alta graduación (45°) que se elabora a partir de la destilación del agave.
El origen del mezcal lo encontramos en las etnias indígenas que habitaban en Oaxaca y otras regiones y que, desde tiempos inmemoriales, lo producen de forma artesanal. En cuanto a las formas de consumo, hay para todos los gustos: mientras los más puristas prefieren beberlo solo, otros optan por acompañarlo con rodajas de limón o naranja para facilitar la ingesta.
15. Tequila
Cómo olvidarnos del tequila, un licor muy implantado en nuestra cultura, pero que sabe y huele a México. Junto con el mezcal, el tequila es la bebida más típica del país, un líquido de sabor fuerte que popularmente se acompaña de un poco de sal y limón. Como la anterior, esta bebida también se obtiene de la destilación del agave.
Su denominación procede del término náhuatl tequitl, que significa ‘trabajo’. Por su parte, tlan hace referencia a ‘lugar’. Unidos ambos vocablos, descubrimos que la palabra tequila quiere decir ‘sitio de los trabajadores’. De acuerdo con la creencia popular, además de ser imprescindible en los eventos y fiestas, es un excelente remedio para curar la gripe.
