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Portugal ha pasado inadvertido durante mucho tiempo como destino turístico a ojos de los españoles, quienes teníamos la mirada puesta en otros países del norte y el este, como el Reino Unido, Francia o Italia, a la hora de planificar nuestras vacaciones. Ahora Portugal está viviendo una época de descubrimiento como potencia turística, con ciudades muy atractivas por las que pasear y lugares naturales que descubrir. Puedes elegir tu propia ruta para ver Portugal eligiendo lo que más te interese, aunque nuestra recomendación es que, si no vas con tu propio vehículo, alquiles un coche y lo recorras de norte a sur, o de sur a norte, a tu gusto.

Ven a descubrir qué hay que ver en Portugal

Dedica varios días a pasear y disfrutar de las grandes ciudades, como Lisboa y Oporto; descubre parajes naturales, como la sierra de la Estrella, para hacer senderismo por sus montañas; o date un refrescante chapuzón en la Praia da Marinha. Si tienes ganas y quieres descubrir Portugal a fondo, también te recomendamos visitar sus territorios insulares, las islas Azores y Madeira, lugares llenos de encanto natural que no verás en ningún otro sitio de la Europa continental. Paladea un buen bacalao en Aveiro o los famosos y dulces pasteles de Belém en las pastelerías y cafeterías repartidas por todo su territorio. Déjate enamorar por nuestro país vecino a través de la vista y el estómago: merecerá la pena cada momento que pases en él.

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Zona central: qué ver en el corazón de Portugal

A continuación, te mostramos lo mejor que ver en el centro del país.

Lisboa: la primera parada de todo lo que hay que ver en Portugal

Nuestro primer punto de interés recomendado para comenzar el viaje portugués es la propia capital: Lisboa. Esta ciudad es comparada a menudo con la californiana San Francisco, por las calles en cuesta, los tranvías y el largo puente colgante, que recuerda al Golden Gate. Lisboa está llena de historia y arte en cada calle. En esta ciudad, resulta imprescindible visitar la torre de Belém, una fortaleza militar del siglo XVI que parece surgir del agua y que se ha convertido en el símbolo de la ciudad.

Seguramente te suene el gran terremoto de Lisboa del año 1755; pues bien: todavía es posible comprobar la magnitud de aquel terrible suceso visitando el convento de la Orden del Carmen, un edificio religioso que fue destruido por dicho terremoto. El intento de reconstrucción posterior, lamentablemente, se quedó a medias y hoy a este convento al aire libre todavía le falta el tejado. Sin duda alguna, se trata de un lugar bastante curioso que ver. El barrio de la Alfama de Lisboa es uno de los más conocidos y, si lo visitas, podrás caminar por un laberinto de calles y casas de colores que vio nacer el fado portugués. Otra forma de conocer el barrio es subiendo en el tranvía 28.

Cascais y los acantilados

Sin irte muy lejos de Lisboa, puedes llegar hasta Cascais, cuyo principal atractivo reside en los acantilados conocidos como la Boca del Infierno. Esta formación geológica se ha ido formando con la erosión de las olas del mar sobre la roca durante millones de años. Cuando las olas entran en las cuevas, se produce un sonido que pone los pelos de punta, toda una oportunidad de comprobar lo maravillosa y, al mismo tiempo, lo peligrosa que es la naturaleza.

En este caso concreto, como el atractivo turístico consiste en ver las olas romper dentro de las cuevas de la Boca del Infierno, la mejor época del año para ir es durante el invierno, cuando más oportunidades hay de que pilles un día con el mar embravecido. Por supuesto, Cascais tiene más que ofrecer, como subir al cabo de la Roca, visitar la ciudadela, que data de la Edad Media, el faro de Santa Ana o pasear por su colorido casco histórico.

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Sintra: una ciudad de cuento

Toda la ciudad ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, y no es para menos. A 25 km de Lisboa, esta ciudad está llena de palacios, castillos y jardines. El palacio da Pena es el más conocido y un emblema de la ciudad. Fue la residencia de la familia real de Portugal en el siglo XIX. Su arquitectura destaca por la mezcla de estilos en un solo edificio, algo visible incluso para los que no entienden mucho de historia de la arquitectura. La quinta da Regaleira es el segundo lugar más importante que ver en Sintra; para algunas personas, incluso más impresionante que el palacio da Pena.

Se trata de una villa que parece sacada de un cuento gótico sobre una bruja y una princesa, con un palacio principal, grutas y cascadas, aunque una de sus atracciones más importantes es un pozo de piedra por cuyas paredes desciende una escalinata circular por la que se puede bajar. Dentro del palacio hay habitaciones llenas de referencias a los templarios y a la masonería, una impresionante biblioteca y un laboratorio de alquimia. Para disfrutar de otros famosos palacios de Sintra, podemos recomendarte el Palacio Nacional de Sintra (o Palácio da Vila), el palacio de Monserrate y el chalé de la Condesa.

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Parque natural de la Sierra de la Estrella: una parada en la naturaleza

Después de visitar ciudades queremos recomendarte uno de los espacios naturales más bonitos de Portugal: el parque natural de la Sierra de la Estrella. Ubicado en el interior de Portugal, esta área alberga montañas de gran altura; de hecho, el pico más alto del país, conocido como el Alto da Torre, se encuentra aquí. Varias rutas de senderismo lo cruzan, y podrás caminar entre lagos y montañas, y respirar el aire puro de la naturaleza. Se encuentra a la altura de Coímbra, por lo que, si estás por esta ciudad, puede ser buena idea desviarse y pasar un día por la sierra de la Estrella con una mochila llena de bocadillos.

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Coímbra y la ciudad en miniatura

Coímbra es una localidad del centro de Portugal, a medio camino entre Oporto y Lisboa. De ella destacan la catedral, de estilo románico y levantada a finales del siglo XII; la sede de la Universidad de Coímbra, la más antigua de Portugal, con una impresionante biblioteca; el jardín botánico, construido en el siglo XVIII, o los monasterios de Santa Cruz y de Santa Clara.

Pero Coímbra tiene una atracción especialmente indicada para los niños y que rara vez aparece en las guías turísticas de la ciudad: se trata de Portugal dos Pequenitos. Este parque temático infantil quizá te recuerde al Parque Europa de Madrid, pero, en lugar de monumentos a pequeña escala de todo el continente, aquí son monumentos a escala específicos de Portugal, incluidas las Azores, Madeira y otros territorios de ultramar. En algunos de estos monumentos en miniatura, los más pequeños pueden meterse dentro y asomarse por alguna ventana.

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Hacia el norte de Portugal

Sigue leyendo para conocer más del norte del país.

Oporto: donde la decadencia se convierte en belleza

De Oporto se habla mucho del mal estado de las fachadas de los edificios de su centro histórico; sin embargo, ha llegado un punto en el que este aspecto se ha convertido en algo tan propio de la ciudad que ha pasado a ser parte de su espíritu. Esta urbe es la segunda más importante del país y un centro de referencia para la mitad norte de Portugal.

De ella destaca, sobre todo, el paseo a la orilla de la desembocadura del río Duero, catalogado Patrimonio de la Humanidad, un lugar con encanto lleno de restaurantes y bares donde sentarte a disfrutar de la brisa que entra desde el mar a la tierra con vistas al magnífico puente Luis I y a Vila Nova de Gaia, en la otra orilla. Este paseo, conocido como Cais de Ribeira, se puede conocer a fondo cogiendo un pequeño crucero que recorre el río y pasa por debajo de los numerosos puentes que cruzan la ciudad.

No dejes Oporto sin antes visitar otros lugares destacados, como la catedral, el barrio do Barredo o la avenida de los Aliados. Para los seguidores de las novelas de Harry Potter, visitar la librería Lello e Irmão resulta imprescindible, puesto que allí se inspiró J. K. Rowling para escribir algunas de las escenas más famosas de la saga.

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Aveiro: la Venecia portuguesa

Esta ciudad se encuentra muy cerca de Oporto y merece la pena que te acerques a conocerla. Esta localidad destaca por las casas de colores, pero, sobre todo, por los canales por los que circulan pequeños barcos al estilo de las góndolas venecianas. El barrio de Beira Mar es el más característico para ver este tipo de canales de agua, y las antiguas casas y almacenes con fachadas pintadas en alegres colores que harán las delicias de los amantes de la fotografía. Además de este barrio, puedes ir hasta la playa de Costa Nova, donde también destacan las casas de madera pintadas, en este caso, a rayas, lo que le da al lugar un toque más vacacional y playero.

Estas viviendas eran antiguos almacenes donde se guardaban los utensilios marineros de los pescadores, pero ahora se han convertido en uno de los motivos más fotografiados de Aveiro. En cuanto a otros lugares de interés, destacan la plaza de la República, con edificios relevantes, como la iglesia de la Misericordia o el Teatro Aveirense; y, para ir de paseo, nuestra recomendación es el parque Infante Dom Pedro, inaugurado en 1862, donde podrás caminar entre estanques y fuentes, u organizar un pícnic. Ya que estás aquí, siéntate a comer en uno de sus magníficos restaurantes y disfruta de un plato de bacalao, uno de los platos estrella de la gastronomía portuguesa. No puedes marcharte sin probarlo, y Aveiro es uno de los mejores sitios donde hacerlo.

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Braga: una ciudad universitaria

Braga puede no ser tan conocida como sus hermanas mayores, Lisboa y Oporto, pero tiene la medalla de bronce en el podio de las ciudades más grandes de Portugal, y una activa vida juvenil y universitaria desde el otoño hasta la primavera. Aparte de esto, la ciudad es más conocida por ser el centro religioso de Portugal, con numerosas iglesias y lugares de culto, entre los que destaca el santuario de Bom Jesus do Monte, un templo en lo alto de una colina al que se accede subiendo unas bonitas escalinatas y desde donde tendrás unas maravillosas vistas de toda la ciudad, especialmente al atardecer. Algunos de los edificios más importantes de Braga son su catedral, la casa do Raio y su impresionante fachada de azulejos azules típicos de Portugal, o el castillo de Dona Chica, entre otros muchos lugares destacados de su centro histórico.

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Guimarães y el castillo

Guimarães es una ciudad en la que destacan las fachadas de los edificios y las plazas. Se puede llegar desde Oporto, en coche o en transporte público. La plaza Largo da Oliveira es perfecta para sentarse en una de las terrazas de sus bares y entretenerse observando pasar a los viandantes. Sin embargo, la atracción turística principal de Guimarães es el castillo que hay en una colina. Construido en el siglo X, primero en madera y después en piedra, que es su aspecto actual, este castillo tiene gran relevancia histórica para Portugal.

Sirvió como defensa durante las invasiones árabes y se cuenta que en él nació el primer rey de Portugal. Para seguir descubriendo Guimarães, recomendamos dar un paseo por Rua de Santa Maria, donde se localizan varios edificios medievales. Si sigues hasta el final de esta calle, llegarás al palacio de los Duques de Braganza, construido a finales del siglo XV por Alfonso I. Se puede visitar por dentro para ver las vidrieras de la capilla, el claustro gótico, la sala de banquetes y múltiples obras de arte diseminadas por todo el palacio.

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Valença y el casco histórico fortificado

Esta pequeña localidad hace frontera al norte con Galicia y es un destino perfecto para pasar un día de excursión. En ella destaca una fortaleza construida como método defensivo para protegerse de los ataques de España. Hoy en día, podrás pasear por sus murallas llenas de cañones mientras disfrutas de unas extraordinarias vistas al río Miño. Por otra parte, en el casco histórico podrás visitar un museo dedicado a la armamentística medieval. Se puede acceder al recinto de la fortaleza con tu propio coche y no hay ningún problema para aparcar. Si te alojas en Oporto o Braga, merecerá la pena acercarse hasta allí a pasar un día de compras y a pasear.

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Rumbo al sur y archipiélagos

No te olvides del sur de Portugal, una zona que no puedes dejar de visitar.

Faro y el Algarve: vacaciones en el sur

Faro es la capital de la región del Algarve, la más meridional de Portugal continental. Es una ciudad pequeña con un casco histórico acorde a su tamaño, pero con mucho encanto, aunque el mayor atractivo de la zona se encuentra fuera de la ciudad, por todo el Algarve. Un buen número de playas y calas inundan la costa y están acompañadas de bonitos sitios donde comer y de muchos miradores. Algunas personas consideran la playa da Marinha como la mejor del sur de Portugal, e incluso hay quien piensa que es una de las mejores del mundo.

No en vano, nos encontramos ante un paisaje de postal. Otra recomendación por la zona es la Ruta de los Siete Valles Colgantes. Se trata de un sendero de unos 6 km que discurre por la costa y en el que atravesarás espectaculares paisajes. Desde la altura de los miradores que encontrarás a tu paso, apreciarás mejor los acantilados. Si buscas paisajes espectaculares en el Algarve, no te pierdas la Ponta da Piedade, una formación rocosa en el mar que podrás visitar en kayak o en una barquita, y navegar entre los arcos y galerías que forman la Ponta da Piedade. Si no tienes una embarcación propia, allí puedes alquilar una.

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Cueva de Benagil: una de las más bonitas que verás en tu vida

Este punto del Algarve merece su propio apartado. Se encuentra a corta distancia de la Praia da Marinha; de hecho, puedes llegar caminando, aunque te recomendamos que lleves calzado cómodo, ya que la superficie rocosa puede ser peligrosa si vas con chanclas. El gran atractivo de esta cueva reside en el gran agujero del techo, una maravilla de la naturaleza.

Puedes verla desde arriba, asomándote al agujero, o desde fuera, en un barco turístico, pero lo mejor es que lo hagas desde abajo. Puedes nadar desde la playa contigua fácilmente y entrar por tus propios medios, como en una película de aventuras, aunque lo desaconsejamos si sopla algo de viento y hay marejada. También puedes alquilar un kayak si, por ejemplo, quieres ir a hacer fotos sin que se te moje el móvil.

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Las Azores: el archipiélago portugués

Las Azores son a Portugal lo que las Canarias a España. Este archipiélago del Atlántico va ganando más y más popularidad con los años y puedes incluirlo en tu viaje por Portugal tomando un vuelo directo desde Lisboa u Oporto. Las nueve islas que conforman las Azores son un auténtico paraíso en la Tierra, aunque cada una de ellas tiene unas características propias que las diferencian haciéndolas únicas. Para moverte entre ellas, salen barcos de pasajeros a diario de una isla a otra y, para moverte por cada una de ellas, lo recomendable es alquilar un coche, que son bastante baratos en las islas.

Puedes empezar por visitar la isla de São Miguel, la más poblada y de mayor tamaño. Es una puerta de entrada a las islas y en ella tienes una de las más famosas vistas de las Azores: la Boca del Infierno, igual que en Cascais. En este caso, no se trata de un acantilado en el mar, sino de una ruta de senderismo en un entorno natural y frondoso de película que pasa por varios lagos. Si quieres darte un chapuzón en un lugar paradisíaco, en la ladera del volcán Água de Pau puedes hacerlo en Caldeira Velha, un sitio casi mágico habilitado para el baño, con cascadas y vegetación, donde podrás relajarte durante unas horas.

Madeira: la isla solitaria

Madeira es una isla que se encuentra al norte en línea recta de nuestras Canarias, pero, al contrario que estas o que las Azores, no es un archipiélago, sino una única pequeña isla en medio del océano Atlántico. En su capital, Funchal, puedes recorrer el casco histórico disfrutando de las puertas pintadas de las casas, una iniciativa vecinal para mejorar el aspecto de un barrio que se encontraba en decadencia, sobre todo en la Rua de Santa Maria. Después del paseo, puedes subir en el teleférico que te lleva hasta lo alto de las colinas, desde donde podrás sacar las mejores fotos de Funchal y, si te apetece, también puedes visitar un jardín tropical que se encuentra en las proximidades.

Para bajar, te recomendamos algo mucho más divertido que volver a tomar el teleférico: los carros de cesto que pueden cogerse junto al jardín tropical. Se trata de unos carros construidos con los materiales con los que se hacen los cestos, con capacidad para dos personas y que sirven para deslizarse carretera abajo como si se tratara de un trineo. Si buscas naturaleza en la que hacer senderismo, puedes ir a los bosques de laurisilva, declarados Patrimonio de la Humanidad por ser un tipo de bosque casi extinto con especies únicas de flora y fauna.

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Acerca del autor

Marcos Fernández CaamañoNacido en un pequeño pueblo marinero de Galicia y viviendo en Madrid, Marcos desea llenar su mapa de chinchetas con los lugares visitados. Como historiador y geógrafo, lo que más le apasiona es conocer el pasado de las ciudades y pueblos que visita, siguiendo una filosofía de “no hay nada que no sea interesante”.  

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