Bélgica es un país de ensueño, y aquí encontrarás ciudades y pueblos de estilo medieval, callejuelas de cuento o plazas llenas de vida. Admira los diamantes de Amberes, tómate una cerveza en Lovaina o recorre la Ciudadela de Namur. Y es que Bélgica está llena de maravillas. Desde la región de Flandes hasta Valonia, en este artículo hacemos un repaso de cuáles son algunas de las mejores ciudades de Bélgica que no te puedes perder.
Qué debes saber antes de ir a Bélgica
Bélgica está llena de experiencias inolvidables y algunas deberías vivirlas sin importar la ciudad que visites. Por ejemplo, en tu viaje por las ciudades más bonitas de Bélgica, te recomendamos que pruebes su chocolate, porque es uno de los más conocidos del mundo. Lo podrás degustar en cualquier pastelería o chocolatería: seguro que tu paladar agradecerá la parada.
Tanto si te gusta la cerveza como si no, es casi obligatorio probar algunas de sus famosas fermentaciones. Existe una larga tradición cervecera en este país, por lo que en cualquier ciudad podrás probar algunas de las creaciones locales.
Aparte de esto, te recomendamos que te dejes llevar por las ciudades y los pueblos que visites. El hecho de pasear por sus calles ya es un atractivo en sí mismo. Déjate sorprender por su arquitectura y, ¿por qué no?, por su gastronomía.
No dejes de probar las patatas fritas, los mejillones o las coles de Bruselas. Para los amantes de la carne, recomendamos unas costillas o un carbonnade flamande (carne estofada en cerveza belga): seguro que estos platos te encantarán.
Las ciudades de Bélgica que no te puedes perder
La zona norte de Bélgica es, sin ninguna duda, la más conocida, aparte de Bruselas la capital. Pero, además de estas dos, hay muchísimas ciudades y pueblos de Bélgica preciosos perfectos para hacer una escapada y dejarse llevar.
Te contamos cuáles son las mejores ciudades y los pueblos más bonitos de Bélgica.
1. Brujas
Sin duda, Brujas tiene que estar la primera de nuestra lista. Y es que esta ciudad es una de las más turísticas de todo el país. Cuando llegues verás por qué.
Calles empedradas típicas de los cuentos infantiles, canales en medio de la ciudad y una arquitectura de estilo medieval que te sorprenderá. La verdad es que esta ciudad tan bonita se puede visitar en un día, pero si quieres aprovecharla al máximo, puedes quedarte en algún hotel con vistas a algún canal.
Entre los atractivos turísticos principales se encuentran la plaza Mayor, o Grote Markt. Es el centro de la ciudad, y allí se encuentran varios hoteles y terrazas. Puedes parar en alguna a degustar cualquiera de los platos típicos mientras observas toda la vida de la plaza.
El campanario de Brujas es otra de las visitas imprescindibles. Se encuentra en la misma plaza, y podrás subir hasta lo más alto de la torre para admirar las vistas de toda la ciudad. Eso sí, para hacerlo, tendrás que subir más de 350 escalones, un esfuerzo que seguro que merece la pena.
El Gruuthusemuseu es una obra de arte en sí mismo. Está ubicado en un antiguo palacio y a cinco minutos de la plaza. Si te gusta el arte, también te recomendamos pasar por el hospital San Juan, un antiguo hospital que alberga obras de artistas flamencos.
Para terminar la ruta por Brujas, te recomendamos que des un paseo por el canal central, visites los molinos o pases una tarde de compras por el barrio de Santa Ana.
2. Bruselas
Conocer la capital es otro de esos objetivos imprescindibles, ya que se trata de una de las ciudades de Bélgica más importantes. No solo por ser la capital, sino porque alberga muchísimo turismo y ofrece muchas actividades.
Entre sus atractivos principales está la Grand Place, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y una de las plazas más bonitas del país. Está rodeada por edificios de estilos gótico y barroco, entre los que destacan el ayuntamiento, la Maison des Ducs de Brabant, la Casa del Rey y Le Piegeon.
Detente en el ayuntamiento y admira su fachada, es increíble. Ha sobrevivido a ataques y bombardeos y sigue derrochando esplendor. Después de visitar estos edificios, puedes pasarte por las Galerías Reales de Saint Hubert, de las que se dice que fueron de las primeras galerías comerciales de toda Europa. Aquí se encuentran algunas de las marcas de moda más exclusivas, y alberga restaurantes y chocolaterías.
Otra cita imprescindible en Bruselas es el Manneken Pis. No te esperes una estatua imponente, porque solo tiene unos 61 cm de altura, pero es la más conocida de la ciudad. Este niño desnudo que hace pis ha conseguido hacerse famoso en la ciudad, e incluso lo visten para ocasiones especiales.
El parque y el Palacio Real son otros lugares ineludibles, junto a la catedral de San Miguel y Santa Gúdula, el Atomium y el parque Mini Europe. Como ves, hay muchísimas cosas que hacer en Bruselas, por eso te recomendamos que pases por lo menos dos días y exprimas al máximo la ciudad.
3. Amberes
Aunque es menos conocida que las dos anteriores, esta ciudad también es una de las más importantes del país. De hecho, es una de las ciudades comerciales más importantes del continente y es principalmente conocida por ser la capital de los diamantes.
Si algo está claro, es que Amberes es una joya en sí misma, y lo descubrirás cuando recorras sus calles (no te pierdas la Vlaaikensgang, una de las más conocidas), la plaza y el casco histórico. Perderte por esta ciudad constituye toda una experiencia.
A medida que vayas paseando, fíjate en las fachadas y en los comercios, seguro que te sentirás como en la época medieval. Aparte de la plaza, la estación de tren es otro de los atractivos turísticos, este edificio merece la pena visitarlo al menos una vez. Al lado de la estación se encuentra todo repleto de joyerías y de tiendas de compraventa de diamantes.
Si te gustan los museos, en Amberes encontrarás una gran cantidad para todos los gustos. El más conocido es el de Plantin-Moretus, una antigua imprenta reconstruida, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Otros museos son la Casa Rubens, el Museo del Chocolate (perfecto para los más golosos), el museo del Diamante o el museo Real de las Bellas Artes.
4. Gante
Esta ciudad es muy similar a Brujas e, incluso, algunos dicen que la supera en belleza. Te dejamos que tú decidas cuando hayas visitado las dos. Sea como fuere, no hay ninguna duda de que se merece estar entre las ciudades más bonitas de Bélgica.
Una de las principales diferencias es el turismo. En Gante es mucho más limitado, pero, aun así, merece la pena visitarla. El castillo de Gante es, sin duda, una visita obligatoria en la ciudad. Verás sus imponentes murallas y su majestuosa construcción, digna de una serie o película medieval. Su interior alberga un museo de instrumentos de tortura, algo peculiar pero curioso a la vez.
Otro de los puntos más bonitos de la ciudad son la catedral, el ayuntamiento o el campanario, pero si quieres ver toda la vida de Gante, pásate por la Korenmarkt, una plaza situada cerca de la iglesia de San Nicolás.
Para terminar, no puedes olvidarte de cruzar el puente Grasbrug y pasear por las orillas del río. Aquí encontrarás muchos restaurantes y bares para tomar una copa con una vista privilegiada.
5. Lovaina
Esta urbe es una de las principales ciudades universitarias de Bélgica, por lo que podrás ver que hay mucho ambiente en la ciudad. Si viajas desde Bruselas, estarás allí en tren en una media hora.
Como en la mayoría de los pueblos y ciudades de Bélgica, los principales centros de actividad y de turismo se concentran en la Grote Markt. Esta plaza está llena de edificios con preciosas fachadas y, además, también podrás disfrutar de una cerveza nacional en alguno de sus bares y restaurantes.
El ayuntamiento de estilo gótico es otro de los puntos que debes visitar en Lovaina. Como muchos del país, su arquitectura es impresionante. De camino a la plaza, puedes pasarte por la biblioteca universitaria, un magnífico edificio reconstruido tras la Primera Guerra Mundial.
El M-Museum de Lovaina es el principal museo de la ciudad. En el podrás ver una gran variedad de obras de arte del siglo XIX y asistir a exposiciones temporales. El Groot Begijnhof no es un museo, pero también es otra de las visitas imprescindibles. Se trata de un beaterio del siglo XX. Recorre sus calles y jardines y descubrirás por qué es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
No puedes irte de Lovaina sin pasar por el Oude Markt: no es la plaza mayor, pero sigue siendo una parada obligatoria para relajarte y disfrutar de un merecido descanso en alguna de sus terrazas.
6. Namur
Ya hacia la región de Valonia encontramos Namur, la capital de la región. Como Lovaina, es una ciudad universitaria, lo que le aporta mucha vida y dinamismo a la ciudad.
La atracción principal son sus murallas, también conocidas como la Ciudadela. Recorrer las murallas ya es toda una experiencia, pero, además, aquí también podrás recorrer sus tiendas de artesanía o los túneles subterráneos. De hecho, son tan grandes que Napoleón lo llamó «el hormiguero de Europa».
Cuando te hayas recorrido toda la Ciudadela, pásate por la plaza de Armas, una de las principales plazas de la ciudad. Si viajas en Navidad, aquí es donde colocan el mercado navideño. Las tres últimas semanas de diciembre es casi obligatorio visitarla, ya que es una de las más bonitas de toda Valonia.
Aparte, también te recomendamos que pases por la catedral, ubicada en el centro de la ciudad, por la torre de Saint-Jaques o que, simplemente, des un tranquilo paseo por el río.
7. Dinant
Dinant es otro de los pueblos más bonitos de Bélgica. Su característica principal es el peñasco que cobija la ciudad. Seguro que en cuanto llegues a este pueblo, no pararás de hacer fotos a su impresionante estampa.
También cuenta con una ciudadela por la que pasear y contemplar una preciosa panorámica de la ciudad. Te recomendamos que pases por la abadía de Notre-Dame de Leffe, por la Maison de Pataphonie y por la colegiata de Notre-Dame.
Además de estos monumentos, también puedes visitar Dinant si te gustan los deportes de aventura, ya que ofrece una gran variedad. Entre algunas de las actividades están el kayak, la escalada o hacer un crucero por el río, una forma diferente de conocer la ciudad.
8. Durbuy
Durbuy es famosa por ser la ciudad más pequeña del mundo. Con solo 10.000 habitantes, se cambió el título de pueblo a ciudad en 1331 y desde entonces presume con un título único.
Pero esta ciudad no debería ser conocida solo por eso, y nos darás la razón en cuanto la veas. Desde que pongas el primer pie en los adoquines de sus calles, te sentirás como en un cuento de hadas.
Aunque es una ciudad bastante pequeña y podrás verla entera en una mañana, te recomendamos que te lo tomes con calma. Prepara la cámara y piérdete por sus calles medievales. También te recomendamos que observes el castillo de los condes de Ursel, una antigua fortaleza reconstruida, o que pases por el parque Les Topiaires.
9. Damme
Esta vez en la región de Flandes, otra localidad que deberías incluir en tu ruta es Damme. Se encuentra muy cerca de Brujas. De hecho, si viajas a Brujas desde Bruselas, podrás aprovechar y en la misma excursión disfrutar de una de las ciudades más pintorescas de Bélgica.
Hay varias formas para ir desde Brujas hasta Damme, pero nosotros te recomendamos que lo hagas en barco. Salen todos los días con bastante frecuencia, por lo que podrás visitar este pueblo en un enclave privilegiado.
Si quieres dar una vuelta por el pueblo, te recomendamos que pases por el ayuntamiento, por la estatua de Jacob van Maerlant y por la plaza del pueblo. Aparte de esto, tienes que pasarte por la Onze-Lieve-Vrouwekerk, un espléndido templo gótico, donde, además, tendrás la posibilidad de subir a su torre y disfrutar de unas increíbles panorámicas de todo el pueblo.
10. Lieja
Y por último, pero no menos importante, está la ciudad de Lieja. Será el destino perfecto si viajas con amigos, ya que esta urbe es bastante conocida por la amabilidad de sus habitantes, por el gran ambiente y porque suele haber fiesta hasta altas horas de la noche.
También puedes hacer un viaje en pareja o en familia y visitar algunas de sus atracciones turísticas, como el palacio de los Príncipes-Obispos, la estación Lieja-Guillemins o por la catedral de Saint-Paul. Pero no te olvides de pasar por la plaza Saint-Lambert, el centro neurálgico de la ciudad. Una vez allí, también podrás visitar la catedral del mismo nombre.
Una recomendación es que pruebes los gofres o el pèkét, un licor típico de Lieja. Así también dejarás que tu paladar viaje contigo por Bélgica.
Si te has quedado con ganas de más, ahí fuera hay un mundo deseando ser descubierto. Te contamos cuáles son las mejores ciudades de Italia, las ciudades más bonitas de México o las ciudades más encantadoras de Grecia. Ahora solo te queda decidir con qué destino te quedas.
