Francia es un país lleno de lugares asombrosos que visitar, desde conocidas ciudades, como París y Burdeos, hasta los paisajes naturales de los Pirineos y los Alpes. Conoce la Francia más medieval en Carcasona y la región de la Bretaña, sorpréndete con la belleza de Monte Saint-Michel y date un chapuzón refrescante en las cálidas aguas del Mediterráneo en la Costa Azul. Aquí te presentamos algunos sitios increíbles que ver en Francia.
París, la primera parada en la lista de lugares increíbles que ver en Francia
Parece obvio que París tenía que ser el primer sitio que nombráramos. No por nada, esta ciudad es un referente mundial y una metrópoli que ha inspirado miles de historias en el cine y en la literatura. París es conocida como la ciudad del amor, pues es el destino preferido por muchas parejas de novios y de recién casados. La ciudad invita a dar largos paseos por la orilla del Sena disfrutando de sus vistas, especialmente cuando anochece, ya que a esa hora comienzan a encenderse las farolas y el ambiente se vuelve apacible e íntimo.
Algunos de los barrios más icónicos de París son Le Marais y Montmartre, desde donde tendrás unas hermosas vistas de la ciudad en la cima de la colina. En París hay tres lugares imprescindibles que visitar: el más importante es la Torre Eiffel, icono de la ciudad, seguida del Louvre y de la catedral de Notre Dame.
Monte Saint-Michel: un lugar de cuento
Monte Saint-Michel se ubica en Normandía, en el estuario del río Couesnon. Es uno de los paisajes culturales más fotografiados de Francia, y es que contemplar esa enorme roca en mitad del agua, con un pueblecito amurallado y un enorme templo en la cima, es como contemplar el escenario de una historia de fantasía sacada de un cuento. Su construcción comenzó durante la Edad Media y se convirtió en un importante centro de peregrinación.
Si te lo puedes permitir, aconsejamos pasar al menos una noche en el pueblo del Monte Saint-Michel, aunque, si prefieres buscar alojamientos para presupuestos más ajustados, en los pueblos de alrededor los encontrarás más baratos. Además de la belleza del Monte Saint-Michel en sí, parte de su atractivo está en el paisaje que lo rodea: mientras paseas, podrás ver cómo la marea sube y baja a medida que el sol se va poniendo.
Carcasona: un viaje a la Edad Media
Seguimos nuestro viaje por lugares llenos de historia medieval, en este caso, Carcasona. Ciudad ubicada en la región de Languedoc-Rosellón, ofrece un conjunto medieval que se ha declarado Patrimonio de la Humanidad. Si te gusta la historia y la arquitectura medieval, en Carcasona te sentirás como un niño maravillado al abrir los regalos de Navidad. Esta villa parece no haber cambiado en siglos y pasear por sus calles empedradas es como viajar en el tiempo.
Asómate a las murallas y obtendrás unas hermosas vistas de los inmensos viñedos de la campiña francesa, visita el interior del castillo del siglo XII y pasea por la ciudadela, con rincones llenos de encanto como la plaza de Auguste Pierre. Si tienes la oportunidad, quédate en Carcasona cuando haya anochecido para poder visitarla sin tantos grupos de turistas y con el ambiente especial de la luz de la luna.
Mediodía-Pirineos: un paseo por las montañas
Mucho más conocida por su nombre en francés: Midi-Pyrénées, esta región se encuentra en el extremo sur del país y hace frontera con España. Destaca por sus pueblos de montaña, con un encanto mágico y paisajes de revista. Para conocer cómodamente Midi-Pyrénées, te recomendamos hacerte con un coche de alquiler para no depender del escaso transporte público que recorre sus villas.
Algunas de los mejores pueblitos para visitar son Conques, Albi, Najac, Rocamador y Belcastel, entre otros muchas. Puedes crearte tu propia ruta y añadir los que más te llamen la atención. Los pueblos de Midi-Pyrénées están llenos de arquitectura medieval, con puentes de piedra sobre ríos, coquetas plazas y estrechas calles de casas tradicionales.
Valle del Loira: un recorrido por sus castillos
El valle del Loira es uno de los paisajes más visitados de Francia, cuyo principal reclamo turístico está en los numerosos castillos que encontramos en buena parte del territorio, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Al contrario que los anteriores, los castillos del Loira tienen su origen durante el Renacimiento, lo que salta a la vista enseguida por la estética de las construcciones, más estilizada y menos robusta que los castillos medievales.
Son 23 castillos en total construidos por familias nobles de la época, cuando la corte de los reyes de Francia se trasladó al valle del Loira. La atracción estrella del valle del Loira es el castillo de Chambord, que cuenta con hasta 60 habitaciones llenas de miles de obras de arte y está rodeado por un parque natural de 5000 ha que utilizaban para practicar la caza.
La Provenza: un paseo a todo color
La Provenza es la región más al sureste de Francia. Hace frontera con Italia y está bañada por las cálidas aguas del Mediterráneo. Este lugar, que sirvió de inspiración para famosos pintores como Van Gogh o Picasso, destaca por los extensos campos de flores de todo tipo, como lilas o flores de lavanda, que maravillan la vista y deleitan el olfato con un aroma fresco.
Por ello, nuestra recomendación es que la visita a la Provenza coincida con el verano, entre los meses de junio y agosto, cuando las flores se encuentran en todo su esplendor. Los mejores campos de lavanda son los de Valensole. Puedes comenzar la ruta en la capital de la región, Marsella, y luego moverte hacia otras áreas, como el valle del Luberon, con los colores rojo y ocre de sus paisajes y sus pueblos, o las gargantas del Verdon, donde podrás pasear en barca por sus aguas turquesa.
Costa Azul: disfruta de los cálidos días de verano
Sin salir de la Provenza, te recomendamos que destines unos días a disfrutar de las vacaciones en sus costas. También conocida como la Riviera Francesa, la Costa Azul es el lugar de recreo vacacional por excelencia para los franceses. En sus costas se encuentran famosas ciudades, como Niza o Cannes, donde podrás pasar unos días disfrutando del buen tiempo y relajándote en las playas de la zona.
En Cannes, te recomendamos que te des un paseo por su barrio más conocido, Le Suquet, visites el mercado de Forville y recorras el Puerto Viejo. También puedes hacer algunas compras en la calle Meynadier, la principal de la ciudad. Ya que estás en la Costa Azul, si tienes tiempo, te recomendamos hacer una excursión de un día a Mónaco y vivir la experiencia de conocer esta micronación mediterránea, famosa por su opulencia.
El palacio de Versalles: un enclave donde se respira la gloria de antaño
Dedicar una mañana o una tarde de las vacaciones a visitar el increíble palacio de Versalles es una de las mejores decisiones que puedes tomar. Este palacio es uno de los mejores ejemplos para conocer el barroco francés y es mundialmente conocido por su belleza y gran tamaño. Podrás visitar el interior por tu cuenta, aunque también puedes contratar una visita guiada para pasear por los pasillos y conocer las innumerables habitaciones que una vez habitaron personajes ilustres de la realeza francesa, como Luis XVI o María Antonieta.
Las salas más espectaculares son la Galería de los Espejos, la Galería de las Batallas y la Galería de la Historia del Palacio. Tampoco debes perderte los jardines que rodean el edificio, llenos de estatuas y estanques con hermosas fuentes. Para llegar al palacio directamente desde París, debes coger la línea C del tren RER. El trayecto dura unos 30 min y cuesta alrededor de 4 €.
Los Alpes: una visita al techo de Francia
Además de los Pirineos, la otra gran cadena montañosa de Francia son los Alpes, que hacen de frontera natural con Suiza e Italia. Si eres amante de los deportes de invierno, como el esquí o el snowboard, o eres de soltar adrenalina practicando la escalada por empinados precipicios, no te puedes perder un viaje a los Alpes. Para la práctica del esquí y del snowboard, las mejores pistas a las que puedes acudir son las de Méribel,
Les Menuires y Courchevel. Si te gusta practicar el senderismo por paisajes espectaculares, puedes hacer la ruta hasta el lago de Vallon en Chantepérier y, para visitar un glaciar, puedes coger el tren rojo de Montenvers, que te llevará hasta el glaciar Mer de Glace. Si quieres disfrutar de unas vistas panorámicas de los Alpes desde lo alto, puedes tomar el teleférico de Chamonix, que te subirá hasta los 4000 metros de altura.
Córcega: la auténtica isla de Francia
Si alguna vez escuchaste la expresión «isla de Francia», no se refiere a la isla de Córcega, sino a la región de París, pero Córcega sí es la isla de Francia en términos geográficos. En Córcega no encontrarás espectaculares monumentos históricos, pues su atractivo turístico reside en las playas y calas de aguas cristalinas donde pasar unos días entre toallas, sombrillas y crema solar.
Los paisajes naturales de la isla le han otorgado el título de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Si, además de broncearte bajo el sol, te interesa visitar algunos puntos de interés, podemos recomendarte sitios como Cap Corse, una península al norte de la isla donde también se encuentra la ciudad más grande: Bastia. Para practicar senderismo, puedes recorrer la reserva natural de Scandola.
Burdeos: una de las ciudades más bonitas de Francia
En Burdeos encontrarás otro Patrimonio de la Humanidad, concretamente, el centro histórico. En tu recorrido por Burdeos, te recomendamos conocer la Grosse Cloche, una de las seis antiguas puertas de entrada a la ciudad, que data del siglo XIV. En la Place de la Comedie encontrarás el Gran Teatro, levantado en 1780 y declarado oficialmente monumento histórico de Francia. Otro monumento histórico muy importante es la catedral de Burdeos, originaria del siglo XI, pero de estilo gótico por reformas posteriores.
Este es uno de los templos más relevantes de la ruta del Camino de Santiago. Muy cerca de la catedral se halla la torre de Pey-Berlan, del siglo XV, cuyo motivo de construcción fue servir de campanario de la catedral ante el miedo de que el peso de unas campanas en la misma catedral provocase un derrumbe. Podrás subir hasta lo alto para disfrutar de unas bonitas vistas de Burdeos.
Bretaña: la esquina más noroccidental del país
Bretaña es una región muy especial en comparación con la homogeneidad francesa presente en otras partes del país. Los orígenes de Bretaña beben de la cultura celta y allí todavía se puede respirar ese ambiente, incluso en el carácter de sus habitantes. Un lugar mágico lleno de castillos, fortalezas y paisajes húmedos y lluviosos. En Rennes, la capital, podrás visitar algunos puntos interesantes, como la catedral de San Pedro, las antiguas murallas defensivas o el Parlamento.
Vitré es uno de los pueblos más medievales de Bretaña. En él podrás visitar el castillo medieval del siglo XII. En la región de Bretaña también encontrarás el menhir de Saint-Uzec, en Pleumer-Bodou, con una antigüedad de entre 4000 y 7000 años, y que los lugareños modificaron en 1674 añadiendo una cruz en lo alto para dejar atrás el paganismo y abrazar el cristianismo.
