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Francia es uno de los países más visitados de Europa gracias a su increíble oferta cultural, ya que cuenta con numerosos monumentos y edificios históricos repartidos por todo el país. También posee numerosos paisajes espectaculares, lagos e increíbles playas. Asimismo, Francia hace gala de tener una de las mejores gastronomías del mundo debido a la calidad de sus productos. Por ello, te recomendamos disfrutar del desayuno en Francia, para que puedas probar algunos de los mejores alimentos de la cocina tradicional francesa. Y, si quieres conocer más sobre este precioso país, descubre qué ver en Francia.

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El mejor desayuno en Francia

Como dice el dicho popular, «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo». Y así es, porque la hora del desayuno es uno de los momentos más importantes del día, ya que es cuando cogemos fuerzas para comenzar la jornada. Por ello, te mostramos una lista de algunos de los mejores productos de la cocina francesa para un desayuno saludable.

1. Tartines

El término francés tartine se emplea en varios países, aunque en España las denominamos «tostadas» o «tostas». Las tartines pueden untarse con distintos alimentos dulces o salados, como mermelada, mantequilla, queso o paté, entre otros productos que se extienden con facilidad. A veces, se añaden otros tipos de ingredientes no untables, como, por ejemplo, jamón. Estas rebanadas de pan pueden acompañarse con un café con leche o con un té.

2. Croissants

El croissant, adaptado en español como «cruasán», llegó a Francia en 1770, cuando María Antonieta de Austria lo introdujo en la corte francesa. Más tarde, en el siglo XVIII, el pastelero austriaco August Zang abrió una panadería en París donde lo popularizó. Cabe destacar que la palabra croissant significa ‘creciente’ y que los franceses le pusieron este nombre por la forma, que hace referencia a la fase del cuarto creciente de la luna.

Desde su introducción en Francia, el cruasán se ha convertido en un producto muy popular; de hecho, el 30 de enero se celebra el Día Internacional del Cruasán. Es un producto hecho con pocos ingredientes (solo lleva harina, levadura y manteca o margarina), pero su elaboración es compleja, porque requiere horas de amasado y enfriado. Se puede acompañar de una taza de café caliente o chocolate. Algunos de los mejores lugares donde desayunar en París un rico cruasán son el restaurante Zia, el café Jozi o La Bossue.

3. Pain au chocolat

Otro desayuno francés típico es el pain au chocolat, que es un dulce formado por una masa de hojaldre con levadura, rectangular y enrollada por uno o más lados. En España, es lo que conocemos como napolitana de chocolate.

Aunque se le denomina pain au chocolat en la mayor parte de Francia, según las regiones puede tener nombres diferentes, como chocolatine, en el suroeste de Francia, exceptuando la región de Perpiñán; couque au chocolat, en la zona norte de la Bélgica francófona, y croissant au chocolat en Borgoña y Lorena. Este pain au chocolat es un pastel vienés creado por los austriacos August Zang y Ernest Schwarzer. Se trata de una versión con chocolate de los primeros cruasanes que vendieron en la pastelería de París. El pain au chocolat se elabora con la misma masa del cruasán y se rellena con chocolate para darle un sabor único.

4. Croque-monsieur y croque-madame

El croque-monsieur es un sándwich elaborado con pan de molde, jamón, queso y salsa bechamel. El queso utilizado para hacer el croque-monsieur puede ser gruyer o emmental y el jamón debe ser cocido. El sándwich se gratina al horno con salsa bechamel. Los orígenes de este sándwich se remontan a los primeros años del siglo XX, cuando apareció por primera vez en la carta de un café de París, el Boulevard des Capucines.

El historiador René Girard, en su libro Histoire des mots de la cuisine française (1947), explica la anécdota de que, a principios del siglo XX, el dueño del bistró parisino Le Bel Age, Michel Lunarca, que tenía una extraña reputación de caníbal, habría ofrecido un bocadillo con pan de molde en sustitución de la típica baguette. Un cliente preguntó entonces qué carne había dentro y el dueño del bistró respondió, en tono de broma: «Viande du monsieur!» («¡Carne del señor!»). Por su parte, el croque-madame es una variante del croque-monsieur; es totalmente igual, pero se le añade un huevo frito o a la plancha sobre la rebanada superior: ¡deliciosos!

5. Tostada francesa

Si vas a pasar unos días en Francia y, en concreto, en la capital gala, debes saber que una de las mejores cosas que puedes desayunar en París es una tostada francesa. Las tostadas francesas son rebanadas de pan duro empapadas en una mezcla de leche y huevos y que, posteriormente, se fríen. Además, suelen aromatizarse con vainilla, canela o nuez moscada y se les añade también azúcar.

En Francia, se conocen como pain perdu, en referencia al pan duro utilizado para elaborarlas. Podría decirse que son parecidas a las torrijas españolas, ya que tienen ingredientes muy similares, pero a la hora de elaborarlas hay pasos diferentes. El hecho de que este plato se llame así se debe a que, cuando la comida escaseaba en Francia, no se desperdiciaba nada, ni siquiera el pan de días anteriores, que se sumergía en leche y huevo para freírlo después.

6. Beignets

El beignet es un dulce típico de la gastronomía francesa que tiene un gran parecido a nuestros buñuelos de viento. Por lo tanto, podríamos decir que los beignets son unos buñuelos originarios de Francia, preparados con una masa sencilla, fermentada y ligeramente dulce y que, después, se divide en pequeñas porciones que se fríen. Luego se espolvorean con azúcar glas, sirope o miel.

Hay muchas variedades de beignets, ya que, en algunos lugares, antes de freírlos, se rellenan con fruta (sobre todo con manzana) y, en otros, se le suele añadir cerveza a la masa. En cuanto a los orígenes de este dulce, se remontan a las fiestas romanas de las calendas de marzo. Como a estas fiestas acudían muchas personas, se hacía necesario preparar un buen número de dulces baratos y fáciles de preparar y se aprovechaba, de paso, para agotar las reservas de mantequilla, aceite o huevos. De ahí, la tradición de los beignets.

7. Rábanos en rodajas, pan tostado y mantequilla

Aunque te pueda parecer un tanto extraño, este plato es un desayuno muy popular en toda Francia. El rábano del desayuno francés tiene una apariencia similar a la del rábano cherry belle, pero es más alargado y las hojas de la parte superior son comestibles. El sabor del rábano para desayuno es picante aunque suave, y tiene una textura crujiente.

Puedes encontrar estos rábanos en mercados orgánicos especializados. Este rábano de desayuno francés se introdujo en 1879 y se convirtió en un producto muy popular en los mercados de productos agrícolas de París. Actualmente, para servir estos rábanos en el desayuno se necesita pan crujiente, que puede ser de baguette, mantequilla, pimienta y sal. Para probar este desayuno, debes sostener el rábano por el tallo y untar un poco de pan con mantequilla, para, después, darle un buen bocado. Sin duda, uno de los desayunos más curiosos del país vecino.

8. Omelettes

A pesar de que omelette es una palabra de origen francés que significa ‘tortilla’, hay historiadores que plantean que no se originó en Francia, sino que hacia el año 1810, apareció en Cádiz, en plena guerra de la Independencia entre España y Francia. En esos momentos, los soldados gaditanos tenían dificultad para conseguir comida y querían preparar una tortilla española, que lleva patatas.

Al no disponer de tubérculos, decidieron hacer una tortilla solo con huevos, sal y aceite de oliva a la que bautizaron como «tortilla de cuando los franceses», que, posteriormente, derivaría en la actual denominación de tortilla francesa. En la actualidad, este plato se come en toda Francia. Además, es muy sencillo de preparar, ya que solo se necesitan huevos y mantequilla. En Francia, se enrollan en una pequeña forma oblonga y se suelen servir con espinacas al vapor y con tartines o con una baguette fresca.

9. Pain aux raisins

El pain aux raisins es un famoso pastel francés de mantequilla cargado de pasas. Está elaborado con una masa dulce en forma de espiral que se hornea hasta que los bordes están ligeramente dorados. Si se sigue la receta tradicional francesa, este pastel se encontrará relleno de crema en capas dentro de la espiral. El pain aux raisins es parecido al cruasán, porque ambos dulces comparten la base de pastelería mantecosa, pero su masa es dulce.

El origen de este bollo estaría en la panadería vienesa de August Zang y, aunque muchos siguen la receta tradicional, hay una gran cantidad de variedades que se encuentran en las panaderías de todo el mundo. Si vas a estar unos días en Francia, te recomendamos que vayas por la mañana temprano a una panadería para que te puedas llevar un pain aux raisins recién sacado del horno. Se puede tomar junto con un café negro tradicional.

10. Chaussons aux pommes

Los «chaussons aux pommes son unos pasteles típicos franceses que se pueden tomar para desayunar y que se sirven calientes. Están hechos con una masa de hojaldre y rellenos con compota de manzana y canela.

Se dice que este pequeño pastel surgió en el siglo XVII en Francia, ya que la primera mención que se hace de estos dulces es en un libro de 1651, Le cuisinier François, escrito por François Pierre. Actualmente, estos pasteles están presentes por toda Francia y hasta se celebra una fiesta en su honor durante el primer fin de semana de septiembre en St. Calais, la Fête du Chausson aux Pommes, o Fiesta de los Pasteles de Manzana.

Acerca del autor

Fátima Mora SeguraFátima es una castellano-manchega que ama su tierra y sus costumbres, pero sin olvidar sus raíces paraguayas. Apasionada del arte y la historia, le encanta estar en constante aprendizaje, por lo que en sus viajes realiza rutas o visitas guiadas, con el objetivo de sumergirse en la cultura del lugar, así como conocer su historia y leyendas. Revisa el Instagram de Fátima para inspirarte con sus viajes.

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