La historia de la humanidad está ligada irremediablemente a la construcción de puentes. Estas infraestructuras nacieron de una necesidad tan básica como la de salvar un río y cruzar sin inconvenientes de un punto a otro. Afortunadamente, numerosos puentes famosos de España aún quedan en pie, algunos de ellos con bastantes siglos de antigüedad.
En esta lista de los puentes más importantes de nuestro país hemos incluido no solo los más espectaculares, sino también otros que destacan por su longitud o su magnífico estado de conservación. Puentes romanos, árabes o medievales, lo cierto es que en España estas obras arquitectónicas darían para una extensa lista, aunque en esta ocasión te hablamos de los 10 imperdibles.
Recorre la historia a través de estos puentes famosos de España
Para hallar algunos de los puentes más famosos de España, es preciso recorrerla de norte a sur y de este a oeste. Ciudades como Málaga, Cáceres, Córdoba, Gerona o Salamanca albergan algunos de los más grandiosos. Ponte calzado cómodo y prepárate para caminar sobre siglos de historia mientras contemplas una bella panorámica. Sí, ¡todo a la vez!
Puente de Triana (Sevilla)
Entre los puentes más famosos de España y con más personalidad está el puente de Triana, que comunica este popular barrio sevillano con el centro de la ciudad. Construido en el año 1852 para cruzar el río Guadalquivir, en realidad se llama puente de Isabel II, pues fue bajo su reinado cuando se inició su construcción. Desde el año 1976 está declarado Monumento Histórico Nacional.
El puente de Triana es uno de los símbolos de la capital andaluza y, pese a que es relativamente nuevo, sus orígenes se remontan al periodo musulmán de Sevilla. Ya en el siglo XII, los árabes construyeron el denominado «puente de barcas», cuya situación coincide con el actual puente de Triana. Las mejores épocas para visitarlo son la primavera y el otoño, cuando el clima es más suave.
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Puente Nuevo de Ronda (Málaga)
Ronda es un pueblo bonito a rabiar. No tiene costa, pero ni falta que le hace. Entre sus múltiples atractivos nos encontramos con el puente Nuevo, quizá su rincón más fotografiado y, de hecho, uno de los emblemas de la provincia malagueña. Este puente separa la parte nueva de la ciudad de la vieja, y se encarga de salvar el imponente desfiladero del Tajo.
Fue construido a finales del siglo XVIII tras derrumbarse el anterior, auspiciado por el rey Felipe V. Su altura, de 98 metros, lo llevó a erigirse como el puente más alto del mundo hasta bien entrado el siglo XIX. Para admirar esta maravilla arquitectónica, asómate desde la plaza de España. Desde los Jardines de Cuenca también obtendrás otra de las mejores panorámicas del puente.
Puente Viejo de Besalú (Gerona)
Besalú, en la provincia de Gerona, es uno de esos rincones en los que parece que el tiempo se ha detenido. No en vano, se trata de uno de los pueblos más pintorescos de España. Lugares como el puente Viejo de Besalú, sin duda, contribuyen a ese encanto. De piedra, con dos torres y siete arcos, no está del todo claro su origen, aunque muchas fuentes apuntan a que data del siglo XI.
Para ser del todo sinceros, este puente ha sido reconstruido en múltiples ocasiones, debido a los daños causados por las inclemencias meteorológicas y también por los bombardeos durante la Guerra Civil. Originalmente puerta de entrada a la ciudad, en la actualidad este puente que cruza el río Fluviá es, de hecho, la mejor manera de acceder al casco antiguo.
Puente de San Juan de Gaztelugatxe (Vizcaya)
Pronunciar el nombre de uno de los puentes más famosos de España, y con más encanto, requiere algo de práctica. El puente de San Juan de Gaztelugatxe está emplazado en la localidad vizcaína de Bermeo y brinda acceso al islote de Gaztelugatxe. Una vez en él, deberás ascender un total de 241 peldaños para alcanzar la ermita de San Juan Bautista, que corona la isla.
La travesía no puede ser más idílica. En primer lugar, atraviesa el puente levantado en el siglo XI con el sonido del oleaje como única compañía. En segunda instancia, llega a lo alto y contempla las espléndidas vistas. Pero, además, la magia que desprende este lugar puede explicarse por haber sido escenario de batallas de piratas y encerrar todo tipo de leyendas.
Puente romano de Cangas de Onís (Asturias)
El puente romano que cruza el río Sella es la verdadera joya de la localidad asturiana de Cangas de Onís. Pero ¿te has fijado en que del arco principal pende una cruz? Se trata de una réplica de la Cruz de la Victoria, símbolo del Principado de Asturias. Este detalle tiene su origen en el año 1939, unos pocos años después de que este puente fuera declarado Monumento Nacional.
Construido en la Alta Edad Media, se asienta sobre un puente romano mucho más antiguo. Este fue testigo del levantamiento de Pelayo contra los musulmanes y, además, por él cruzó el ejército invasor durante la batalla de Covadonga. Para ver este puente lleno de vida, el mes de junio puede ser un buen momento, cuando se celebran las fiestas en honor al patrón del pueblo.
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Puente romano (Córdoba)
Este no solo es uno de los puentes más famosos de España, sino también uno de los más fotogénicos. Si estás buscando la mejor instantánea, atraviesa la torre Calahorra y capta la belleza del puente romano con la Mezquita de Córdoba de fondo. ¿Puede haber una imagen más bella? Erigido en el siglo I a. C., se encarga de comunicar las dos orillas de la ciudad sobre el río Guadalquivir.
Como curiosidad, durante más de 20 siglos fue el único puente de Córdoba. Son muchos años de historia a sus espaldas, de ahí que haya sufrido varias remodelaciones. Aprovecha para contemplarlo al atardecer. El mes de mayo es uno de los mejores momentos para visitar la ciudad, pues en él tienen lugar varias festividades, como las tradicionales Cruces de Mayo o Los Patios.
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Puente de Alcántara (Cáceres)
Del sur de España nos dirigimos al oeste para descubrir otro de los tesoros mejor conservados de la época romana. El puente de Alcántara se levantó entre los años 104 y 106 d. C., y llama la atención por su excepcional estado de conservación. Si estás de visita en esta localidad cacereña, no puedes obviarlo.
Su construcción no fue casualidad, pues goza de una ubicación estratégica. No solo permite salvar el río Tajo, sino que forma parte de uno de los caminos que conectan España y Portugal. Es una obra de ingeniería que impone por sus 194 metros de longitud, pero también por su robustez. Una inscripción afirma, de hecho, que es un puente destinado a durar para siempre.
Puente romano (Salamanca)
El puente romano de Salamanca es parte de la icónica Vía de la Plata que construyeron los romanos, una calzada que comunicaba Augusta Emerita (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga). Edificado en piedra en el siglo I, cuenta con 26 arcos, si bien solo 15 de ellos corresponden a la construcción original.
En la actualidad, el puente romano es uno de los principales atractivos de Salamanca, un lugar de visita obligada si estás en busca de las mejores vistas de la ciudad, con el río Tormes como acompañante. Tal es su importancia que, de hecho, figura en el escudo de Salamanca. Las mejores épocas para disfrutar de la ciudad son la primavera y el otoño, pues las temperaturas son más suaves.
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Puente de Piedra (Zaragoza)
Justo detrás de la impresionante basílica de Nuestra Señora del Pilar se alza el puente de Piedra, que se yergue sobre el río Ebro. Sus orígenes datan de la fundación de la ciudad romana de Caesar Augusta, en el siglo I. Sin embargo, el puente actual se levantó en el siglo XV. Tiene una longitud de 225 metros y está protegido por cuatro leones de bronce, emblema de la ciudad.
Para contemplar un atardecer inolvidable, atraviesa el puente hasta el balcón de San Lázaro. Desde ahí, y con la basílica de fondo, obtendrás una panorámica memorable. Como su nombre indica, está construido totalmente en piedra y, además, goza de siete arcadas, si bien una de ellas se halla bajo el paseo Echegaray y Caballero.
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Puente de Segovia (Madrid)
En Madrid están la Puerta de Alcalá y la estatua del Oso y el Madroño, pero también el puente de Segovia. Este se presenta como una prolongación de la calle Segovia y une el distrito centro con el de Latina. De estilo renacentista, lleva la firma del arquitecto Juan de Herrera, quien lo proyectó en el siglo XIV. Se trata, no en vano, del puente más antiguo de la capital española.
En la actualidad, es uno de los puentes que forman parte de Madrid Río, un pulmón verde que abraza el cauce del río Manzanares. Comparte este parque con otros puentes de gran belleza, como el puente de Toledo. Desde el puente de Segovia, las vistas de la catedral de La Almudena son fabulosas, especialmente al caer el sol. Justo debajo se ubica una popular sala de conciertos.
