1. Admirar la cultura antigua
Como la mayor parte de los enclaves de América Central, Placencia cuenta con un legado histórico atractivo. Sus ruinas se remontan a hace más de 3000 años, cuando la civilización maya gobernaba estas tierras. Entre los centros ceremoniales cercanos figuran Lubaantun, Nim Li Punit y Xunantunich, los cuales incluyen templos antiguos, tumbas escondidas, esculturas ornamentadas y santuarios sagrados. Contratar a un guía local es la mejor manera de entender el contexto de estas tradiciones mayas.
2. Sumergirse en la aventura
Placencia cuenta con una gran cantidad de centros de buceo, muchos de los cuales permiten admirar la barrera de arrecifes más larga del mundo. Si no tienes experiencia, este es un buen lugar para aprender, pues los instructores para principiantes realizan muy bien su trabajo. A solo 30 kilómetros de Placencia se encuentra Silk Cayes, donde encontrarás los lugares más hermosos para bucear en Belice, repletos de coloridos arrecifes, peces trompeta, peces ángel, rayas y barracudas, entre otras beldades. Si tienes experiencia y quieres nadar profundo, la barrera de arrecifes de Belice es maravillosa, pues sus profundos cañones submarinos son un escenario incomparable en el que, entre marzo y junio, tal vez te encuentres tiburones ballena.
3. Observar las aves
Belice es el hábitat de más de 500 especies de aves coloridas, que atraen anualmente a miles de visitantes. Realiza una excursión en barca de media hora por el río Mono, entre manglares, para admirar las sugerentes variedades regionales de loros, guacamayos y motmots de corona azul, entre otras aves. En el camino, además, tal vez te tropieces con algunos cocodrilos, iguanas y monos aulladores.
4. Relajarse en las playas
Tras un par de días de frenética actividad al aire libre, posiblemente querrás descansar bajo el sol y pasear por la costa caribeña. La laguna de Placencia, en el corazón del centro urbano, es un refugio tropical próximo a muchos bares y restaurantes. Se caracteriza por la tranquilidad de sus aguas, sus playas de arena y su oferta de alquiler de tumbonas. Te bañes o no en sus aguas templadas, posiblemente avistarás en la distancia delfines y manatíes de las Indias Occidentales.
5. Estudiar a los jaguares
El santuario de Vida Silvestre Cresta de Gallo es un bosque tropical con una biodiversidad extraordinaria, en el que puedes admirar venados, tapires y otros animales salvajes. Su amplia vegetación sustenta un próspero ecosistema de insectos, reptiles, anfibios, mamíferos y una gran cantidad de coloridas aves. Pero su principal encanto es, sin lugar a dudas, su gran población de jaguares. Este destino incluye, además, abundantes cascadas, vistas a la montaña, senderos bien señalizados y buenas opciones de alojamiento nocturno.