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Al norte de Italia se localiza una de las regiones más conocidas del país. La Toscana evoca el romanticismo, el buen vino y los atardeceres de colores pastel. Esta es una de las regiones más mágicas del país mediterráneo, de ahí que sea mucho lo que hay que ver en la Toscana. Desde Florencia, la majestuosa capital, hasta los pueblos más recónditos y la inabarcable campiña.

La Toscana es un destino para recorrer sin prisas —a ser posible, en vehículo particular— para saborear cada instante y admirar paisajes que, de otro modo, sería imposible atisbar. Es un lugar que invita a sentarse a la mesa para degustar la gastronomía de la tierra, pero también a profundizar en la cultura, el arte y la historia de la siempre sorprendente Italia.

Los rincones imprescindibles que ver en la Toscana

1. Florencia

La primera parada ineludible en todo viaje por la Toscana es, cómo no, Florencia. La capital de la región es todo un museo al aire libre, una ciudad que rebosa historia y vida en cada esquina. Desde la plaza del Duomo hasta la Galería Uffizi o el puente Vecchio, cada rincón de Florencia será un gran hallazgo.

Una de las visitas más especiales en Florencia es la de la Galería de la Academia, pues acoge la emblemática escultura David, de Miguel Ángel. La catedral de Santa Maria del Fiore es uno de los iconos de la ciudad, con su maravillosa cúpula. Pon la guinda al pastel probando el famoso bistec a la florentina, un exquisito plato de carne a la brasa que hará que no quieras irte jamás.

2. Pisa

Pisa es otro de los destinos que ver en la Toscana sí o sí. Esta ciudad, conocida por la torre inclinada que se ha convertido en el símbolo de todo un país, ofrece mucho más al turista. La zona monumental está llena de tesoros como el baptisterio, el de mayor tamaño de Italia. Otro de los rincones imprescindibles es el cementerio monumental, lleno de edificios y esculturas admirables.

En pleno centro histórico, toma nota de varios puntos de interés. Por ejemplo, el puente de Mezzo, desde donde podrás observar una bonita perspectiva del río Arno a su paso por Pisa. Y si estás buscando un rincón con verdadero encanto, localiza el Borgo Stretto, una coqueta callejuela que no pasa inadvertida.

3. Lucca

A solo unos kilómetros al norte de Pisa, se ubica una joya renacentista. El pueblo de Lucca deslumbra por la esencia medieval, que palparás mientras paseas por su casco histórico. Está incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En la caminata, enseguida descubrirás por qué Lucca es conocida como la ciudad de las cien torres y cien iglesias.

La plaza del Anfiteatro es el centro neurálgico de esta población, un lugar muy curioso que, en realidad, alberga un anfiteatro romano transformado en casas pintorescas. Entre los templos imprescindibles, figuran la basílica de San Frediano y, por supuesto, la catedral. En tu visita, con toda seguridad pasarás más de una vez por Via Fillungo, la calle comercial por excelencia.

4. Arezzo

Arezzo es muy conocido no solo por su extraordinaria belleza, sino porque sirvió de escenario a la mítica película La vida es bella, de Roberto Benigni. Tanto si te gustó este film como si no, te encantará perderte por estas calles llenas de autenticidad mientras contemplas monumentos como la basílica de San Francisco, con espectaculares frescos; o la catedral de San Donato.
La plaza Grande es el punto de partida para cualquier recorrido por esta localidad situada a 80 km de Florencia. Se trata de una plaza que acoge monumentos de diferentes estilos arquitectónicos, pero, aun así, es todo un placer para la vista. Por supuesto, no olvides visitar las diferentes localizaciones de la película, como la plaza de la catedral o la Cartolibreria Orefice.

5. Siena

Siena es otra de las ciudades imprescindibles que ver en la Toscana. Para muchas personas, es tan bonita como Florencia, pero lo bueno es que no goza de la afluencia turística de la primera, de ahí que puedas visitarla sin aglomeraciones prácticamente en cualquier momento del año. Si por algo es famosa, es por la plaza del Campo, donde se celebra la popular carrera de caballos del Palio.

No pierdas detalle de la catedral de Siena, considerada una de las más hermosas del mundo, ni tampoco del Baptisterio. Y si te apetece comprobar cómo es Siena desde las alturas, acércate al mirador Panorama. Para ver la esencia y las costumbres de Siena en su esplendor, acude el domingo a la plaza del Mercado, donde se monta un concurrido mercadillo.

6. San Gimignano

A medio camino entre Florencia y Siena, se localiza una de las poblaciones más bonitas que verás en la Toscana. De San Gimignano suele decirse que es como el Manhattan medieval, por las esbeltas torres que se pueden contemplar desde muy lejos. Pasear por sus callejuelas es como retroceder a la Edad Media, mientras admiras tesoros arquitectónicos como la catedral o el Palacio Comunale.
No pases por alto la plaza de la Cisterna, sin duda, la más pintoresca de esta población. Desde el mirador de San Gimignano, podrás observar la panorámica más increíble de este lugar. Como broche final, tómate un helado en la Gelateria Dondoli, una de las más famosas no solo de esta localidad, sino de toda Italia.

7. Montepulciano

Cerca del límite de la Toscana con la región de Umbría (cuya capital es Perugia), aparece Montepulciano, un pueblo que, por su tamaño, bien podría pasar inadvertido en el mapa. Sin embargo, esta villa de no más de 15 000 habitantes llama la atención por sus palacios renacentistas, pero también por el paisaje de suaves colinas que esconden extensos viñedos.

Por algo Montepulciano es una parada obligada para los amantes del buen vino. De aquí es originario el icónico vino tinto Nobile, de ahí que una de las actividades más recomendables sea explorar las bodegas. Imperdibles son la plaza Grande y, fuera del centro histórico, la iglesia de Madonna de San Biaggio, que se alza orgullosa en medio de un entorno idílico de cipreses.

8. Volterra

Volterra da la bienvenida al visitante asomándose encima de una colina. Las tonalidades marrones y el carácter medieval se mimetizan a la perfección con la campiña italiana, que, en esta parte de la Toscana, se vuelve aún más auténtica. Esta localidad se encuentra a no mucha distancia de Siena y de San Gimignano, por lo que es una visita que puedes combinar con estos lugares.

La mejor época para explorar Volterra es en primavera, pues es en esta temporada cuando los campos explotan de vida y se llenan de girasoles y olivos. Te recomendamos visitar el teatro romano y, por supuesto, la catedral de la Asunción y el Palacio del Priori. El paseo más encantador que puedes hacer es el que atraviesa la Via Giacomo Matteotti.

9. Valle de Orcia

En último lugar, te hablamos del bucólico valle de Orcia, donde la naturaleza muestra su mejor cara. Si piensas en la imagen típica de la Toscana, muy probablemente sea de esta zona de la región. En el valle de Orcia, el amarillo de los girasoles, el verde de los cipreses y el marrón de las colinas se funden para regalarte una estampa única que no podrás sacarte de la mente.

Aquí te esperan poblaciones medievales de gran belleza, como Pienza o Bagno Vignoni, cuyas piscinas termales se han convertido en la atracción turística por excelencia. Por si fuera poco, tu estómago será otro de los grandes beneficiados de esta visita, pues durante tu estancia podrás ponerte las botas con el embutido, la miel, el queso pecorino y el vino de esta tierra.

Acerca del autor

Andrea BarragánAndrea estudió Periodismo en la UCM y, desde hace varios años, combina sus dos grandes pasiones: escribir y viajar. Sin embargo, más que viajar, a ella le gusta experimentar la vida en cada país. Por eso, ha tenido estancias de varios meses en lugares tan increíbles como Georgia, Colombia o Asia Central. Hasta la fecha, ha conocido unos 40 países.

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