Uno de los residentes más famosos de Viena, Sigmund Freud, se refirió a la capital austriaca como la ciudad de los sueños. Amadeus Mozart, Johann Strauss y Christoph Waltz, entre otros muchos, han vivido el sueño vienés en esta ciudad conocida por su arte y su cultura. Allá donde vayas hay un museo, un parque, una fachada o un mural por descubrir. ¿Qué mejor forma de hacerlo que en bicicleta?
Nos hemos asociado con el proveedor de bicicletas Donkey Republic para que nos guíe por la ciudad y poder así disfrutar al máximo del arte de Viena al aire libre.
Recorre la famosa avenida Ring
Pedalea por el parque de la Ciudad (Stadtpark), una especie de museo al aire libre situado junto al parque central de Viena, en la famosa avenida Ring. Esta calle rodea el centro de la ciudad y tiene un carril bici delimitado con pintura blanca y azul.
Pasea junto a innumerables estatuas de los músicos austriacos más famosos de camino a la Albertina. Este museo es el Louvre de Austria y la galería de arte más característica del país, con una colección increíble de obras de grandes artistas que van desde Monet hasta Picasso. Para sacarle todo su jugo, reserva unas cuantas horas para este lugar.
Viaja hasta el pabellón de la Secesión
Después de visitar el museo Albertina, cruza la avenida Ring hacia la plaza Carlos y te sorprenderá uno de los edificios más grandes de la ciudad, el pabellón de la Secesión. Esta sala de exposiciones la fundaron en 1897 artistas del calibre de Gustav Klimt, cuyo trabajo es omnipresente en Viena, como respuesta al creciente conservadurismo en el arte austriaco. Los artistas no querían limitarse a lo que marcaban los pintores más tradicionales y anticuados y crearon este edificio para albergar sus piezas, mucho más surrealistas.
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MQ: el Museumsquartier
A poco más de 500 metros calle abajo hay un conjunto de avenidas y galerías de arte conocido como el Museumsquartier o MQ. Aparca la bici y visita todos los museos que te apetezcan o relájate en la plaza central..
Si quieres ver más arte, visita el Museo de Arte Moderno de Viena (mumok) o el Museo Austriaco de Arquitectura, en estilo art nouveau vienés. Además, en el Q21 encontrarás un espacio creativo en el que varios artistas destacados presentan sus trabajos más interesantes. Si buscas algo menos contemporáneo, visita el Museo Leopold, donde encontrarás una gran variedad de piezas modernistas clásicas y el mayor número de obras de Gustav Klimt y Egon Schiele en el mundo.
El Museo de Historia del Arte (Kunsthistorische Museum) destaca en esta zona por su espléndida arquitectura. Además, se encuentra justo enfrente de un edificio idéntico, el Museo de Historia Natural.
Viena sobre los escenarios
De vuelta en el carril bici, pasarás por el palacio imperial de Austria, el Hofburg, casa de la familia real de los Habsburgo durante cientos de años. Un poco más adelante, podrás ver el Parlamento austriaco, el Rathaus o ayuntamiento de la ciudad y el Burgtheater o teatro nacional.
Este lugar era conocido en su día como el teatro privado de la familia real y hoy es uno de los más importantes del mundo. En él se representan desde obras como La fierecilla domada de Shakespeare hasta monólogos de dos horas de Platón.
Estira las piernas en el canal
Es momento de disfrutar del ambiente del canal del Danubio. El canal del Danubio es un brazo largo del río que ayuda a evitar inundaciones cuando llueve mucho en la ciudad. La orilla del canal se ha convertido en un paseo marítimo muy popular entre peatones y ciclistas. Aquí encontrarás varios bares y restaurantes con muy buen ambiente en los cálidos meses de verano.
Además de ser uno de los puntos más populares de la noche vienesa, el canal del Danubio también tiene el mejor arte callejero de la ciudad. Para animar a los jóvenes a expresarse libremente, el ayuntamiento de Viena incentiva desde 1995 el arte callejero a lo largo de todo el canal. ¡La cultura urbana brilla a todo color junto al río!
Como en casa en Hundertwasser
Vuelve a por la bici para pedalear desde el canal hasta la casa Hundertwasser, diseñada y construida por el famoso y excéntrico artista Friedensreich Hundertwasser. Este edificio tan extravagante y colorido deja a los visitantes sin palabras y se considera la obra maestra del artista. Para él, los pisos ondulantes del edificio «son una melodía divina para los pies». El techo está cubierto de tierra y césped y desde dentro de las habitaciones crecen árboles muy grandes, cuyas ramas se hacen hueco a través de las ventanas. Aunque parezca increíble, esta obra es aún hoy un edificio de apartamentos.
