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Sitges es una localidad con muchísimas cosas que ver y hacer. Lo primero que se nos viene a la mente son kilómetros de playas llenas de gente bajo un potente sol, pero también ofrece otro tipo de ofertas para los que buscan algo más. Sigue leyendo para descubrir qué ver en Sitges.

El casco histórico de Sitges está lleno de maravillas arquitectónicas, como las características casas blancas de los pescadores y las casas de los indianos que retornaron al lugar que una vez dejaron. Sitges es también una ciudad para caminar, ya sea por el paseo marítimo o por rutas de senderismo hasta la cima del macizo del Garraf. Si, además, tu visita coincide en ciertos momentos puntuales del año, te puedes encontrar con importantes festivales como el carnaval, el Día del Orgullo o el Festival de Cine de Sitges.

Vuelta y vuelta bajo el sol de Sitges

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Sitges tiene muchísimas playas para todo tipo de público: más naturales o más urbanas; nudistas o no; ideales para ir con niños en familia o para grupos de adultos con amigos. En el propio entorno urbano de Sitges se encuentra la playa de la Ribera, al lado del considerado centro histórico, por lo que es una buena opción si no quieres ir muy lejos. Además, cuenta con todo tipo de servicios y una zona para niños.

La playa de Sant Sebastiá es la más icónica de la ciudad y donde a veces se deja ver alguna personalidad famosa merodeando por la zona. Ha sido elegida por la revista New York Times como la mejor playa urbana internacional. Si prefieres un entorno más íntimo y nudista, puedes ir a las calas de la playa de Balmins y, para entornos naturales, está la playa d’Aiguadolç.

Qué ver en Sitges. Un bonito paseo por el centro histórico

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El centro histórico de Sitges tiene un aire alegre y agradable con sabor a Mediterráneo. La arquitectura principal que podrás observar es de estilo modernista. Debe su aspecto, principalmente, a los indianos, emigrantes de Sitges que se fueron a las colonias españolas en América y volvieron a su localidad natal con grandes fortunas que utilizaron para construir casas que dieron a esta localidad el aspecto que tiene hoy.

El objetivo es caminar sin rumbo fijo por las calles de adoquines que rodean la iglesia de Sant Bartomeu y Santa Tecla en el centro neurálgico del casco antiguo. Por esta zona también podrás descubrir los restos de la antigua muralla medieval que protegía Sitges de los ataques externos y antiguas casas de pescadores reformadas por artistas contemporáneos que le dan un toque de color al espacio urbano. Llévate la cámara contigo, porque encontrarás muchos rincones bonitos que ver en Sitges.

Un largo recorrido por el paseo marítimo

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Como buena villa costera, a Sitges no le podía faltar un hermoso paseo marítimo. En este caso, el paseo tiene una longitud de unos dos kilómetros y medio aproximadamente, por lo que tendrás mucho para andar y disfrutar de las vistas al mar y de la brisa.

Comienza en la parroquia de Sant Bartomeu y Santa Tecla hasta los jardines de Terramar, situados en el otro extremo. A lo largo de este paseo, también conocido como paseo de la Ribera, pasarás por muchas playas y edificios de bellas fachadas y verás a transeúntes que van y vienen a pie, en patines o en bicicleta. Al final del paseo, como comentamos, se encuentran los jardines de Terramar, perfectos para relajarse con un pícnic en un día de calor bajo la sombra de un árbol o junto a uno de sus lagos.

Un poco de historia durante las vacaciones

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Hay muchas personas a las que les gusta conocer la historia de los lugares que van a visitar y Sitges también tiene edificios históricos que conocer. La parroquia de Sant Bartomeu y Santa Tecla se encuentra subiendo unas escalinatas. Esta iglesia data del siglo XVII y es uno de los símbolos de Sitges. En el exterior de la iglesia se encuentra el cañón de Baluard, una réplica de los cañones que defendían Sitges de los ataques marinos.

El Palau Maricel es de más reciente construcción, de principios del siglo XX, pero se ha hecho un hueco entre los lugares que ver en Sitges, junto a la plaza del Ayuntamiento, con el edificio que le da nombre, y el Mercat Vell, de estilo modernista, donde muchos lugareños van a hacer sus compras cotidianas.

Vida nocturna para almas fiesteras

Sitges es un lugar obligatorio para aquellas personas a quienes les gusta visitar lugares que ofrezcan fiestas y música hasta el amanecer. Los hay para todo tipo de público: desde bares más o menos tranquilos, donde poder sentarse a charlar tranquilamente, hasta discotecas, donde poder bailar hasta dejar de sentir la planta de los pies. Además,

Sitges es también un referente y un destino internacional para el colectivo LGBTQ+, por lo que, si tu visita a Sitges coincide con los meses de junio y julio, verás que todas las calles se llenan de colores para celebrar el Día del Orgullo con desfiles por las calles. A estas fiestas acuden muchos DJ internacionales de renombre y, en las plazas, actúan cantantes que ofrecen conciertos gratuitos para el público. Algunos de los locales más icónicos para salir de fiesta son el Pachito Sitges, Las Vegas Sitges, el BESO Bar y el Gin Tub.

Visitas culturales a museos

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En Sitges también hay una cantidad considerable de museos para quienes quieran disfrutar de una pausa artística entre playa y playa. Por ejemplo, el Museu Cau Ferrat fue la casa taller del artista catalán Santiago Rusiñol y hoy se ha convertido en un museo. En él podrás encontrar piezas artísticas de Rusiñol y otros artistas locales, adquiridas por el propio autor, entre las que se encuentran varias esculturas y pinturas.

El Museo Romántico Can Llopis fue la antigua vivienda de la familia Llopis y hoy sirve como lugar para dar a conocer la vida cotidiana de los habitantes de Sitges durante el siglo XIX. Uno de los museos más peculiares es la Casa Bacardí, donde podrás conocer la historia de esta famosa familia y cómo hizo fortuna en América hasta lo que se ha convertido hoy.

Eventos culturales para todos

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Además de las mencionadas fiestas del Orgullo durante los meses de junio y julio, en Sitges hay otras dos fechas en las que deberías plantearte viajar a esta localidad catalana. Una de ellas es en febrero, por el carnaval. Es uno de los más populares del país, a la altura del de Tenerife o el de Cádiz. Las calles de Sitges se llenan de música, bailes y gente disfrazada con trajes de lo más variopinto.

La siguiente fecha relevante para viajar a Sitges es en octubre. No porque sea el mes de Halloween, sino porque se celebra el Festival de Cine de Sitges, uno de los más famosos del panorama internacional, que atrae a directores, productores y actores desde el mismísimo Hollywood. Desde su fundación en 1968, está principalmente enfocado al cine de fantasía y terror. Se trata de una oportunidad de oro para ver las películas más novedosas de estos géneros.

Sal a explorar los alrededores

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No hay duda de que lo más conocido de Sitges son sus playas, pero no hay que olvidar que se encuentra rodeado por el parque natural del Garraf y su monte, el macizo del Garraf. Puedes llegar hasta él caminando desde Sitges por caminos que están perfectamente marcados para que no te pierdas y que se pueden completar en un día. Para volver, hay un tren que te puede llevar de vuelta hacia la costa.

A mitad del camino, te encontrarás con varios enclaves llamativos, como aldeas abandonadas o un templo budista. Si te gusta la naturaleza y hacer actividades físicas, mete en tu maleta un par de deportivas y ropa cómoda, porque vas a sudar, pero el esfuerzo se verá recompensado por las vistas.

Acerca del autor

Allan KortbækAllan es periodista, fotógrafo, estratega digital, autor de publicaciones y padre. No es de extrañar que todo ello se vea reflejado en su pasión por viajar y a la hora de compartir sus experiencias con todo el mundo. Allan, además de ser un amante del mar y de las olas, es un surfista en ciernes y un nadador empedernido, obsesionado con zambullirse en pleno invierno. 

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