No importa las veces que vuelvas, siempre te quedarán muchos rincones secretos de Ibiza por descubrir. El atractivo de esta isla, conocida por su intensa oferta de ocio nocturno, va más allá de sus concurridos clubs y discotecas, que llenan la noche de música y diversión hasta el amanecer. Hay otra faceta de la isla más tranquila y mágica, llena de tesoros que explorar.
¿Sabías que en Ibiza hay cerca de 200 calas? Con tal cantidad, es normal que te quede alguna por conocer. No te preocupes, porque en esta ocasión te hablamos de todos esos lugares encantadores que te harán enamorarte una y otra vez de la isla. Abre bien los ojos y prepárate para sumergirte en la Ibiza menos explorada de la mano de nueve enclaves secretos.
Los lugares menos conocidos y rincones secretos de Ibiza
Para disfrutar de la faceta más apacible de Ibiza, una de dos, o viajas fuera de la temporada alta o te sales de los circuitos turísticos. En esta ocasión, te proponemos un recorrido diferente para que disfrutes de las joyas menos conocidas de la isla prácticamente en solitario. A continuación, nueve razones más para rendirte a los encantos de Ibiza.
Cala Llentrisca
Si te apetece relajarte en un trozo de mar para tu exclusivo uso y disfrute, entonces, cala Llentrisca será tu rincón predilecto. Ubicada en el extremo suroeste de la isla, a un kilómetro aproximadamente del pueblo de Es Cubells, se trata de una playa solitaria en la que las aguas cristalinas se asoman en medio de un escarpado terreno salpicado de casetas de pescadores. No en vano, son ellos quienes quizás estarán deambulando por allí, poniendo a punto sus embarcaciones. Cala Llentrisca no goza de ninguna instalación ni servicios para los turistas, de ahí que sea un diamante en bruto en el que tumbarse bajo el sol radiante del verano, libre de las multitudes propias de las calas y playas más famosas. Es un rincón top, también para submarinistas, por las posidonias del fondo marino.
Puente viejo de Santa Eulalia
En medio del frenesí que la turística localidad de Santa Eulalia del Río experimenta durante la temporada alta, aún es posible encontrar rincones donde todavía reina la tranquilidad. El puente viejo, o puente romano, se cierne sobre el río que, un poco más adelante, inicia su encuentro con el mar. Para llegar hasta el puente viejo, puedes caminar por la playa del municipio hasta acceder al Camino del Río. Poco a poco, irás dejando atrás el bullicio y te sumergirás en la belleza de un puente que hasta hace un siglo era el acceso principal a Santa Eulalia. Hoy es un lugar en el que se respira paz y en el que solo se escucha el murmullo de los patos y otras aves del entorno.
Cueva des Culleram
El municipio de Sant Joan, al norte de la isla, que cada domingo deleita a locales y visitantes con un mercadillo artesanal y que alberga playas tan bonitas como Portinatx, cuenta con otros atractivos. La cueva des Culleram es otro de los rincones secretos de Ibiza, un enclave dedicado a la diosa Tanit, divinidad de la sexualidad y la fertilidad.
Antes de disfrutar de un día de playa en la cercana Sa Cala de San Vicent, merece la pena acercarse a esta cueva en la que las estalactitas forman parte del paisaje. En este lugar, asimismo, se han encontrado medio millar de figuras de terracota que están expuestas en el Museo-Necrópolis de Puig des Molins. Sin duda, este es un plan estupendo para toda la familia.
Cala Atlantis
Cala Atlantis nos descubre un místico paisaje muy próximo a la famosa cala d’Hort. Según parece, las formaciones rocosas de este rincón ibicenco cautivaron hace unas décadas a una comunidad de hippies, quienes decidieron tallar en la roca misteriosas figuras. Atlantis, así, traslada a los visitantes a un mundo de fantasía por el carácter onírico que desprende. Pero su magia y encanto no se quedan ahí. Está situada estratégicamente justo enfrente del islote de Es Vedrà, por lo que es un rincón formidable para contemplar la caída del sol. Las piscinas naturales que se han ido formando con el paso del tiempo convierten este sitio en uno de los rincones secretos de Ibiza que te va a encantar descubrir en cualquier época del año.
Monumento de cala Llentia
Otro de los parajes más curiosos es el que propone cala Llentia. A un paso de la localidad de Sant Josep de Sa Talaia se halla lo que popularmente se conoce como el Stonehenge de Ibiza. No en vano, en este lugar se alzan una serie de dólmenes que le dan un toque místico al entorno, especialmente si se contemplan al atardecer.
Detrás de esta obra llamada Time and Space está el artista australiano Andrew Rogers. En concreto, estos dólmenes están fabricados con basalto procedente de Turquía, y se sitúan alrededor de uno de mayor altura, de unos 24 metros, en cuya cúspide hay una placa dorada. La peculiar obra representa la alineación planetaria alrededor del sol.
Las Puertas del Cielo
Si estás en busca de los mejores atardeceres, quizás puedas encontrarlos en el mirador de Las Puertas del Cielo. Se trata de un rinconcito que se eleva sobre el azul del mar, a unos dos kilómetros del pueblo de Santa Agnes de Corona. Te toparás primero con el restaurante del mismo nombre, pero si continúas caminando enseguida llegarás a este secreto mirador. Según parece, el mirador Las Puertas del Cielo se popularizó entre la comunidad hippie en la década de los años 60 por la panorámica que ofrece de los acantilados circundantes y de las islas Ses Margalides. Merece la pena llegar un poco antes de la caída del sol para explorar la zona, aunque hay que tener precaución, pues el terreno es escarpado y puede dar vértigo.
Sa Caleta
A solo 10 kilómetros de la ciudad de Ibiza descubrirás los restos de un antiguo poblado fenicio en el área de Sa Caleta, que data del siglo VIII a. C. Resulta sorprendente identificar este tipo de hallazgos, que nos trasladan a los orígenes de la isla de la diversión infinita, ¿verdad? Es más, este yacimiento está incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Además de disfrutar de este pequeño pellizco de historia, también puedes aprovechar para darte un chapuzón en Es Codolar, una de las playas menos concurridas de la isla. Por su proximidad al aeropuerto, podrás atisbar el vuelo de los aviones prácticamente sobre tu cabeza mientras te preparas para un merecido baño en el mar.
Faro de Punta Grossa
Para encontrar el siguiente rincón secreto de Ibiza, deberás desplazarte hasta el faro de Punta Grossa, un faro en desuso ubicado a unos 55 metros sobre el nivel del mar en la costa noreste de la isla. Construido en 1870, dejó de funcionar en 1916 hasta caer en el más profundo abandono. Hoy en día, puede convertirse en el protagonista de una de las fotografías más memorables de tu viaje. Para llegar hasta él, recuerda que tienes por delante una buena caminata. Lo más recomendable es aparcar el coche en Sa Cala de Sant Vicent y emprender la marcha a pie. Más pronto que tarde tendrás ante ti la silueta de este faro. Pese a las estrecheces del camino, la recompensa no tardará en llegar cuando por fin te sitúes en lo alto del promontorio.
Paraje natural de Els Amunts
Completamos esta lista de rincones secretos de Ibiza con el paraje natural de Els Amunts, que comprende una cuarta parte de la isla. Este entorno propone explorar la costa norte de la isla desde otra perspectiva, mostrando un paisaje diferente al habitual, y la arquitectura y tradiciones ibicencas. En él los madroños, pinos y romeros son la nota dominante del paisaje. Pero, además, una excursión por el paraje natural de Els Amunts servirá para divisar la flora autóctona, desde halcones a jilgueros, lirones o jinetas. En medio de este enorme manto verde se yerguen poblaciones de casas blancas que añaden vistosidad al conjunto. Para profundizar en la belleza de la zona, el senderismo es la actividad más propicia.
