Las islas Azores son un archipiélago de nueve islas frente a las costas de Portugal, en pleno Atlántico. Sus paisajes son impresionantes, frondosos y llenos de lagos y formaciones rocosas como en pocos sitios habrás visto. Pasea por un desierto rojo, nada en piscinas naturales y camina por la ladera de un volcán. Las Azores son unas islas hechas para disfrutar de la naturaleza y hacer muchos kilómetros a pie. Prepara la maleta con la ropa más cómoda que tengas porque te mostraremos lo mejor que ver en las islas Azores.
San Miguel, la isla más importante para empezar a conocer qué ver en las Azores
Esta será tu primera parada obligatoria, ya que aquí está el aeropuerto en el que aterrizan los aviones procedentes del exterior. En la capital de la isla, Ponta Delgada, podrás visitar la curiosa arquitectura tradicional de las Azores, en la que se utiliza el basalto volcánico como material principal. El motivo es que todo el archipiélago es resultado de la explosión de volcanes submarinos. Algunos ejemplos de edificios construidos con este material son la fachada del museo Carlos Machado y la iglesia de San José, en la plaza Mayor.
Desde Ponta Delgada, podrás hacer excursiones en catamarán para avistar ballenas y delfines, muy comunes en estas aguas. Por el origen volcánico del archipiélago, también encontrarás zonas de baños termales naturales, con temperaturas de entre 37 y 40 ºC y totalmente habilitadas para el baño. En Furnas encontrarás algunas, como las del parque Terra Nostra, un jardín exótico de 12 hectáreas; aunque las más bonitas son las de Caldeira Velha, en un entorno natural en medio del bosque y con cascada incluida. Para conseguir las mejores vistas de San Miguel, puedes subir a uno de los miradores repartidos por toda la isla, como el de Sete Cidades y el de Vista do Rei.
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Terceira, un manto verde en el Atlántico
Nos encontramos en la segunda isla más poblada del archipiélago. Su nombre viene de haber sido la tercera de las islas en ser descubierta por los portugueses. Su historia es una de las más importantes de las islas, pues durante el siglo XVI fue el centro económico y político de las Azores. Angra do Heroísmo, capital de la isla, llegó a ser capital de todo el reino de Portugal durante una época, en el siglo XIX. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1983 y está llena de edificios históricos de siglos pasados. Déjate llevar por sus calles empedradas del centro histórico y conoce puntos de interés, como la estatua de Vasco da Gama y la iglesia de la Misericordia.
Saliendo de la ciudad, puedes visitar otros lugares muy interesantes de Terceira, como el Monte Brasil, un volcán actualmente inactivo donde podras ver la fortaleza de San Juan Bautista, una de las más grandes del mundo. En este monte debes subir al mirador de Pico das Cruzadinhas, desde donde disfrutarás de las magníficas vistas de Angra do Heroísmo y de toda la bahía; aunque el mirador más bonito de la isla es el de Serra do Cume, también conocido como Manta de Retales, porque, desde arriba, parece una enorme manta verde que se extiende por los campos hasta donde llega la vista.
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Que Ver en las Islas Azores: Faial, la isla central
Faial es la isla que se ubica en el centro del archipiélago de las Azores, un punto de paso histórico para los barcos que viajaban entre Europa y América. De esta isla son muy características los millones de hortensias que crecen salvajes por todos los rincones creando paisajes únicos. De todo lo que ver en Faial, uno de los lugares más destacados es Caldeira, un cono volcánico de 2 km de ancho y 400 metros de profundidad. Puedes hacer senderismo por el camino que lo rodea, en un recorrido que dura algo más de 2 horas; las vistas de la Caldeira desde arriba te dejarán boquiabierto.
En el volcán dos Capelinhos cambiamos el paisaje verde por el negro, ya que se trata de un volcán submarino que entró en erupción en 1957 y cambió por completo el paisaje de la zona, añadiendo unos 2,5 km cuadrados de territorio a la isla. Es un paraje completamente yermo con un único edificio, un faro en medio de todo, lo que crea un paisaje macabro al mismo tiempo que maravilloso. Para relajarte y disfrutar del sol de las Azores, te recomendamos visitar la que es considerada como la mejor playa de todas las Azores: Porto Pim, un arenal que se encuentra entre la localidad de Horta y el Monte da Guía.
San Jorge, la isla dragón
La isla de San Jorge tiene algunas de las rutas de senderismo más bonitas de todo el archipiélago de las Azores y está llena de piscinas naturales. La isla también está repleta de fajanas, o fajãs, en portugués: pequeñas porciones de tierra plana, generalmente destinadas al cultivo, que se ubican al borde del mar. La más famosa es la Fajã do Ouvidor, la única con restaurantes donde detenerse a comer. No muy lejos de allí, a tan solo 5 minutos a pie, se encuentra la Poça Simão Dias, una espectacular piscina natural de aguas turquesas con un paisaje de postal de fondo.
En la Fajã da Ribeira da Areia, puedes contemplar un paisaje volcánico de grutas en acantilados formadas a raíz de la lava solidificada y la erosión de las olas. La isla de San Jorge es uno de los poquísimos lugares de Europa donde se cultiva café, y allí podrás visitar los campos de cultivo de la Fajã dos Vimes, donde se da un microclima diferente al resto de la isla, que permite el cultivo de este famoso alimento. Eso sí, al ser un terreno pequeño, su producción también es muy limitada, por lo que tiene categoría de manjar solo al alcance de los lugareños o de quien esté dispuesto a pagarlo..
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Graciosa, la isla blanca
La Graciosa está clasificada como Reserva Mundial de la Biosfera por la Unesco, y es la que más al norte se encuentra de todas las que componen las Azores. Los numerosos nombres de los diferentes lugares que hacen referencia al color blanco le han valido a la Graciosa el sobrenombre de «la isla blanca». Solo tiene una localidad, Santa Cruz de Graciosa, un pequeño municipio de calles estrechas con una plaza en el centro. En Santa Cruz de Graciosa podemos recomendarte una visita a la iglesia de Santo Cristo, la Cruz de Barra y el Museo Etnográfico, con sus exposiciones sobre tradiciones isleñas y cultura autóctona.
En la iglesia de São Mateus podrás ver un órgano de tubos que data de 1793 y que es uno de los que mejor suenan de todas las islas Azores. Subiendo al monte de Nossa Senhora da Ajuda, podrás contemplar unas hermosas vistas de Santa Cruz de Graciosa, donde también se encuentran los tres santuarios de São Joao, São Salvador y Nossa Senhora da Ajuda. El Pico Timão es el punto más altode la isla, con sus 398 metros.
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Isla de las Flores, una isla que hace honor a su nombre
La isla de las Flores está repleta de tanta vegetación que parece que en cualquier momento va a salir un dinosaurio de los matorrales. Los lagos y cascadas crean un ambiente jurásico singular que te enamorará al instante. El punto más destacado de Flores es el Poço Ribeira do Ferreiro, un paisaje natural con una laguna de aguas tan tranquilas que parece un enorme espejo; y de telón de fondo una colina por la que caen una decena de cataratas. Lugares como este hacen que Flores sea la isla favorita para muchos de todo el archipiélago de las Azores. Puedes recorrer un sendero de apenas 800 metros por un bosque cercano.
La cascada de Poço do Bacalhau te espera para dejarte boquiabierto. Con sus 95 metros de altura, cae sobre una piscina natural en la que te puedes bañar y acercarte con precaución a este largo salto de agua. Para terminar el día, puedes ir hasta Fajãzinha para contemplar la mejor puesta de sol de la isla en alguno de sus restaurantes, donde podras degustar la gastronomía local, especialmente embutidos y quesos de la casa, que se caracterizan por su corto proceso de curación.
Pico, la isla más joven
La isla de Pico es la de más reciente creación, en términos geológicos, de las nueve que forman el archipiélago de las Azores. Como consecuencia, es la que menos vegetación tiene y, por lo tanto, donde vas a encontrar más roca negra de lava al desnudo, en prácticamente el 80 % de toda la superficie de la isla. El nombre de la isla tiene una razón de ser, y es que en Pico se encuentra el punto más alto de Portugal, el Piquinho, con sus 2351 metros de altura. La ruta para llegar hasta arriba es dura, necesitarás equiparte para ir cómodo y preparado, ya que la subidar es bastante empinada.
Si no eres profesional, las subidas es mejor hacerlas con un guía para que te pueda echar una mano y aconsejar cuando lo necesites. Depende del ritmo de cada persona, subirlo te puede llevar entre 3 y 4 horas. Más allá del Piquinho, la isla de Pico tiene otras cosas interesantes que ver, como la carretera EN-3. Puede resultar chocante que una carretera sea un punto de interés turístico, pero lo cierto es que esta en concreto está considerada la más bonita de Portugal, ya que atraviesa todo el interior de la isla y tiene espectaculares paisajes espectaculares a ambos lados.
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Corvo, la isla más pequeña
La isla de Corvo es la más pequeña de las nueve islas, con sus 17,1 km cuadrados, y, al igual que la isla de Graciosa, es Reserva Mundial de la Biosfera. En esta isla hay una única población: Vila Nova do Corvo, ubicada en un campo de lava solidificada. De este pequeño pueblo son características sus casas tradicionales de fachada de piedra negra, pero con las ventanas y puertas en blanco, y sus calles estrechas y pavimentadas con guijarros y losas desgastadas. El lugar más destacado de Vila Nova do Corvo es la iglesia de Nuestra Señora de los Milagros, con una imagen religiosa de origen flamenco en su interior y un crucifijo de marfil.
Fuera de este poblado, debes acercarte hasta Ponta Negra, donde a la orilla del mar se distribuyen decenas de molinos de viento que, a diferencia de los que hayas podido ver en otras de las islas Azores, son de influencia mediterránea. En Caldeirão está el mirador de Monte Gordo, desde el cual podrás disfrutar de unas vistas que bien merecen el esfuerzo. Puedes llegar haciendo una caminata de unos 6 km de subida desde Vila Nova do Corvo hasta Caldeirão, por lo que te recomendamos que vayas mentalizado para sudar bastante.
Santa María, la isla con sabor a verano
La isla de Santa María es la más enfocada al turismo de sol y playa. En ella podrás encontrar impresionantes playas donde echar la toalla y simplemente dejar que el tiempo pase. La playa de Formosa es la más conocida y bonita, y también donde la temperatura del agua es más agradable, rondando los 28 ºC. Esta zona es considerada por muchos como el Algarve de las Azores. Ribeira de Maloás es uno de los monumentos creados por la naturaleza más bonitos de la isla de Santa María.
Se trata de un conjunto de pilares formados por basalto volcánico y que muchos comparan con la Calzada de los Gigantes, en Irlanda. Puedes llegar hasta aquí por una ruta ligera por la orilla del mar. Uno de los lugares más impresionantes de Santa María es el Barreiro da Faneca, conocido como el «desierto rojo». En este lugar te parecerá que te encuentras en Marte, debido a la arcilla presente en el suelo en grandes cantidades. Su origen, como todo en este archipiélago de islas, es vulcánico. Se trata de un área protegida, y cerca de ella podrás visitar las bahías de Raposo, Tagarete y Cré.
