Son tantos los lugares que ver en la Costa Brava, que, en forma de guía, te presentaremos los que creemos más destacados para que puedas explorar todos sus secretos y disfrutar con lo que te puede ofrecer esta bella zona.
Qué ver en la Costa Brava: pueblos con playas y calas increíbles
Tossa de Mar y cala Pola
Recorrer el casco histórico de Tossa de Mar es volver al pasado y ver la historia con tus propios ojos. Callejear por sus intrincadas vías nos trasladará a otras épocas. Otro edificio para visitar es el castillo, aunque, de la construcción original, queda solo la enorme e imponente muralla con torres y miradores. Esta hermosa edificación nos recibe cuando llegamos a Tossa de Mar.
Como en toda la Costa Brava, las playas y calas son increíblemente hermosas. Podemos encontrar costas casi salvajes con fácil acceso a playas amplias, ideales para planes familiares.
En Tossa de Mar está la cala Pola. A solo seis kilómetros del centro del pueblo, sobre la carretera que une Tossa con Sant Feliu de Guíxols, esta pequeña playa, franqueada por grandes acantilados y vegetación, está bañada por un agua cristalina de tonalidad turquesa.
Si eres de esas personas a las que les gusta colgarse la mochila, en esta playa se ubica el camping Cala Pola, en el que podrás alojarte rodeado de naturaleza, pero con todos los servicios. Disfruta de una estancia cómoda y económica.
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Roses y Platja Nova
Como muchos otros pueblos de la zona, Roses se encuentra entre la montaña y el mar. Recomendamos visitar el paraje llamado Casa Quemada. En este sitio, podremos ver tres dólmenes de tres mil años de antigüedad y, junto a ellos, encontraremos menhires y otros monumentos funerarios.
El castillo de la Trinidad también es de visita obligada. Su construcción y fortificación, de mediados del siglo XVI, sobresale y acaricia el cielo.
Tomémonos también un momento para recorrer y perdernos en las calles de Roses para luego terminar en Platja Nova, una playa urbana con aguas claras. Al ubicarsea la altura del centro de Roses, suele estar algo concurrida. Posee todos los servicios necesarios para pasar un día increíble.
Platja d’Aro
Esta localidad, además de tener unas playas espectaculares, posee un casco histórico muy bonito y bien conservado. En esta zona también es muy recomendable darte algunas caminatas y pasear por los montes que la rodean.
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Cadaqués
Este hermoso y famoso pueblo debe su fama a su gran vida cultural y bohemia. Durante décadas albergó en sus pequeñas e intrincadas calles con casas blancas a pintores, escritores y otros artistas. Por sus rincones se pasearon personalidades como Picasso, Dalí, Miró, Capote, García Lorca o Buñuel, solo por citar algunos ejemplos. Si pasas por Cadaqués, no puedes dejar de visitar la Casa Museo Salvador Dalí, donde el pintor vivió junto a Gala entre 1930 y 1982.
Cadaqués se encuentra rodeado de bellas playas y de un entorno natural que no te dejará abandonarlo con facilidad. Una de estas playas es la cala Portaló, de arena fina.
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Besalú
Si te gustan los pueblos medievales, Besalú te encantará. Está ubicado a 45 minutos en coche de la costa y llegar a él y pasear por sus calles empedradas te hará volver a la Edad Media. Una de sus atracciones más célebres es el puente de Besalú, una construcción románica que cruza el río Fluvià.
Del otro lado del río, encontrarás el antiguo barrio judío, una de las juderías más importantes del país. Mientras lo recorres, es un buen momento para pararte a disfrutar de una comida típica mediterránea, como el mar i muntanya, plato compuesto de pescados, gambas, verduras, pollo, conejo… O para degustar un recuit de drap (un famoso queso parecido al requesón) o una riquísima butifarra. Todo acompañado por un vino del país. En la Costa Brava se come muy pero que muy bien.
Lloret de Mar
Lloret de mar es uno de los puntos más conocidos de la Costa Brava gracias a sus fantásticas playas y calas de aguas cristalinas. El turismo es muy importante en esta zona. Su casco histórico y su ocio nocturno completan una oferta irrechazable. Si viajas en pareja, no puedes dejar de visitar los jardines de Santa Clotilde y sus increíbles vistas al mar.
Un buen plan también puede ser recorrer con tranquilidad los monumentos en honor a artistas catalanes que se encuentran en el cementerio modernista.
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Playas de Palamós
El Castell es una hermosa playa rodeada de una naturaleza casi salvaje que está situada en la localidad de Palamós. Se trata de una de las playas menos urbanizadas de la Costa Brava. Es un lugar ideal para visitar en familia. Muy cerca de la arena se encuentran todos los servicios necesarios para pasar una jornada inolvidable.
Otra playa de Palamós es la cala Estreta, un rincón casi escondido por su difícil acceso, que será el lugar ideal si lo que buscas es tranquilidad y paz.
La zona costera de Palamós es genial para practicar submarinismo o esnórquel y para conocer rutas sencillas de senderismo.
No puedes irte de la zona sin antes probar sus famosas gambas.
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Figueres
Esta localidad fue en la que nació el gran Salvador Dalí. En una visita a su Teatro-Museo, podrás disfrutar de muchas de sus obras de arte.
Al recorrer la ciudad, apreciaremos ese ambiente medieval tan característico de la Costa Brava gracias a las murallas y al majestuoso castillo de Sant Ferran.
Si visitas Figueres con niños, no puedes perderte el Museo del Juguete. En él, pequeños y adultos podréis no solo apreciar juguetes de todo tipo, sino también jugar con muchos de ellos. A este museo se le considera el tercer museo del juguete más grande del mundo. Descubre los preferidos de Salvador Dalí o Federico García Lorca.
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Calella de Palafrugell
Las casas blancas caracterizan a esta hermosa villa con aroma marinero donde pasear es verdaderamente un placer. Su costa rocosa está formada por pequeñas calas de las que antes partían los pescadores del pueblo.
En la zona del paraje natural Castell se pueden realizar rutas de senderismo a pie y en bicicleta. Si visitas la localidad en verano, no puedes perderte el festival musical que se realiza en el Jardín Botánico.
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Parque Natural de Cap de Creus
La abundante naturaleza de este parque dividido en dos zonas (una terrestre y otra marina), lo convierte en uno de los lugares más hermosos que se pueden visitar en una ruta por la Costa Brava. Su patrimonio vegetal y su fauna te maravillarán. La riqueza paisajística es otro de sus puntos fuertes. Te dejará con la boca abierta.
Qué ver en la Costa Brava: Acércate hasta Gerona
Gerona es la ciudad más importante de la Costa Brava. Posee un patrimonio medieval que está presente en toda la ciudad. La Força Bella es el recinto amurallado donde encontraremos la catedral.
Otro lugar icónico y muy visitado de Gerona son las coloridas casitas que se levantan a orillas del río Onyar. A los amantes del cine y las series les alegrará saber que en varias localizaciones de Gerona se han filmado muchas escenas de Juego de Tronos.
Sobre el cielo de la ciudad destaca una torre campanario que, en otras épocas, formaba parte de la muralla. Pertenece a la basílica de Sant Feliu (antigua catedral de Gerona) y, dentro de ella, podemos encontrar sarcófagos de las primeras épocas cristianas, del siglo IV, más o menos.
Si dispones de tiempo, tienes que visitar el cercano pueblo de Castellfollit de la Roca, con sus construcciones sobre un risco basáltico en el que las casas parecen flotar sobre el acantilado.
¿Qué comer en la Costa Brava?
Como buena cocina mediterránea que es, la gastronomía de la Costa Brava se basa en multitud de ingredientes marinos, como las gambas, los pescados y los mariscos. Además de los ya nombrados, las anchoas de L’Escala y la escalivada son fundamentales en la dieta mediterránea de esta zona de Cataluña.
Y, aunque recomendamos probar todos los platos, otro imprescindible es el arroz negro con tinta de calamar o sepia. Todos estos manjares pueden acompañarse por vinos con denominación de origen del Empordà.
