Si eres de los que prefieres la cerveza artesana a la industrial y has decidido pasar unos días en Barcelona, estás de suerte. Aunque España es un país reconocido mundialmente por sus vinos, hace años que en los bares y las terrazas las jarras de cerveza se impusieron a los chatos de vino. Descubre la ruta cervecera que te proponemos hoy.
Primera parada: BlackLab
Nada mejor que empezar nuestra ruta cervecera que desde la playa. Barcelona puede presumir de un tiempo cálido y luminoso la mayor parte del año. Así que, en cuanto bajes del coche, avión, barco o tren, tómate la primera cerveza artesana en el BlackLab, en la Barceloneta. Con una terraza estupenda y un interior muy bien diseñado (los propietarios eran arquitectos antes que cerveceros), este inmenso local destaca por ser una brewhouse & kitchen. BlackLab sigue el patrón de las cervecerías americanas e inglesas, que se caracterizan por cervezas más suaves. Fundado hace dos años por Jing y Mat, una simpatiquísima pareja oriental y americana, producen unos 1200 litros de su propia cerveza. No sirven otras marcas aunque, a veces, colaboran con productores locales.
» Recomendación: pídete una cerveza Claudia y pork-belli-buns para comer (panceta con pan chino). Sí, has leído bien: “pan chino”. Este local destaca también por fusionar la comida americana con la asiática.
Segunda pinta: Ale&Hop
Con tan solo cinco años, el Ale&Hop es una de las cervecerías artesanales más antiguas de la ciudad. Este local, con paredes decoradas con magnificas ilustraciones en blanco y negro, cuenta con 10 tiradores de cerveza donde seguro que encontrarás tu cerveza preferida. Si en BlackLab la experimentación es su “marca” (llegaron a servir una cerveza a base de Nesquick que no triunfó), en el Ale&Hop apuestan por una carta que va evolucionando. Aquí encontrarás propuestas más clásicas, como pils, negra o de cereal; además de otras propuestas que van cambiando a medida que se acaban. Otra singularidad de esta cervecería es su restaurante, escondido en una sala separada del bar. Aquí solo se come a base de menú vegano y vegetariano. Como nos explica Bernat, el camarero, “Todo kilómetro cero. Incluso los refrescos son alternativos. Por no tener, no hay ni Coca-Cola. Aquí se bebe Curiosity-cola”.
Terca pinta: Garage Beer
Nuestra siguiente parada nos lleva hasta GarageBier, en el Ensanche. Se trata de un brewpub en toda su esencia. Más rockero y urbano, mucho más desenfadado que los anteriores, tiene una atmósfera más joven y cool. Aquí mejor llegar más hacia la noche. La historia de este local arranca en un garaje, donde uno de sus fundadores ya fabricaba su propia cerveza cuando estudiaba en la universidad. Cuando llegó a Barcelona, siguió los cursos del gran Steve Huxley, un icono entre los amantes de la cerveza artesanal. Aquí producen 1500 litros de una cervezas con gustos increíbles; como cerveza con sabor a mojito, frambuesa o arándanos. Además, programan música en directo cada martes (20 horas) y DJs en algunas fiestas.
Cuarta pinta: Naparbier (Ensanche)
Continuamos la ruta en el Ensanche. El Naparbier es, sencillamente, un alucine de local. Para dejarlo claro, es como tomarte una caña artesana metido en una nave espacial o en un avión del futuro (por mucho que el interiorismo imite tabernas bávaras o checas). Local enorme (500 m2) abierto hace menos de un año; aquí se bebe y se come, por lo que estamos en una brewhouse. Las enormes barricas de acero inoxidable tienen capacidad para producir hasta 7000 litros de cerveza. Si te gusta esta bebida has llegado al paraíso: dos barras, doce tiradores, más de 20000 cervezas en la carta y un menú que ha contado con el asesoramiento de Miguel Aldana (estrella Michelin). Tiene capacidad para 80 personas. De pie o sentado, puedes escoger tu cerveza favorita que se anuncia en unas pantallas digitales. Una cerveza de 25 cl cuesta unos dos euros y está buena a rabiar.
La penúltima: La Rovira (Gracia)
Nuestra última penúltima cerveza nos lleva hasta el mítico Barrio de Gracia, más bohemio y menos frecuentado por turistas. Aquí nos tomaremos nuestra penúltima. La Rovira es un bar frecuentado por gente local, avalado por la trayectoria de sus propietarios en el local CaraB . Su propuesta: una docena de tiradores y una carta para picar en mesas compartidas, al estilo teutón. Si después de esta ruta cervecera te quieres convertir en productor, encontrarás el Family Beer a dos manzanas del Rovira. En esta tienda te atenderán Silvia o Peyo, una pareja que te instruirá en los primeros pasos para elaborar tú mismo la cerveza en casa. Quién sabe, quizás después de este viaje montes tu propio brewpub o brewhouse. ¡Si lo haces, invita!
Y tú, ¿te gusta la cerveza artesana o eres más de vino? ¡Comparte tus recomendaciones con nosotros!
Artículo escrito por @flixmerino y revisado por Andrea Guisado Muñoz. Fotografía de portada: MaxyM/shutterstock.com.
